Para protegerse, el carazón tiene una concha, pero la concha le aísla del mundo exterior.
Para hacer frente a la adversidad, la roca es dura y fuerte, pero esa dureza impide que le penetre la luz del Sol.
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*Para tener sensibilidad hay que tener la piel fina, pero una piel fina también es más sensible al dolor, y así, para reducir el dolor endurecemos nuestra piel o nos ponemos corazas, y así también reducimos nuestra sensibilidad a las satisfacciones.
*Frente a las adversidades tendemos a hacernos fuertes, pero esta fuerza también reduce nuestra sensibilidad a la satisfacciones.
Aquí vemos unas contradicciones y creemos que para evitarlas necesitamos mantener un difícil equilibrio entre dolor y satisfacciones. Sin embargo, éstas contradicciones se deben a que consideramos que lo más importante es conseguir lo deseado, sin embargo, de nuevo podemos recurrir a la sabiduría de Lao Tse:
"El Maesro observa el mundo
pero confía en su visión interior.
Permite que las cosas vengan y vayan.
Su corazón permanece tan abierto como el cielo."
(Tao Te King. Cap. 12)
Así, para Lao Tse la cuestión no reside en buscar formas de equilibrar las contradicciones, sino en escapar a la creencia de que lo más importante es conseguir lo deseado, y orientar la vida hacia la búsqueda de la aceptación de que "las cosas vengan y vayan".
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