La opción armónica consiste en aprender a aceptar el dolor producido por el flujo natural del Universo, de la Naturaleza, de la vida. Sin embargo, como no hemos alcanzado la acepación del dolor natural, en nosotros han surgido unas actitudes y unas creencias orientadas a dominar ese flujo natural. De ésta manera, el Hombre tiene que afrontar, con mayor o menor frecuencia, dos tipos de situaciones dolorosas: Las producidas por el flujo natural, y las producidas como consecuencia de nuestra desarmonía con ese flujo natural.
La no aceptación del flujo natural nos deja dos opciones:
*Buscar la manera de acabar con las causas de nuestro dolor. Sin embargo, al no aceptar el flujo natural de las cosas, cualquier solución que encontremos será solemante temporal ya que la desarmonía acabará por traer de nuevos los problemas y el dolor, y sólo de vez en cuando se reducirá un poco la intensidad del dolor, es decir, sólo de vez en cuando se consigue alguna pequeña mejora real, pues a veces las soluciones encontradas contienen una pequeña parte de armonía, o bien reducen un poco la desarmonía. Eso sí, quienen encuentran esas soluciones y quienes las dan por buenas no entienden de armonía o de desarmonía, sólo entienden que se han reducido sus problemas y su dolor.
*Buscar placeres y satisfacciones que elimen el dolor o que al menos lo reduzcan. A veces, el placer y las satisfacciones encontradas acaban con el dolor, y así, durante un tiempo vivimos disfrutando de placeres y de satisfacciones. Sin embargo, ésta opción presenta los siguientes inconvenientes:
-Los placeres y las satisfacciones alcanzados, con el tiempo van perdiendo su poder, y el dolor acaba por volver.
-Al disfrutar de los placeres y de las satisfacciones, al confiar en su poder contra el dolor, nos olvidamos de buscar maneras de acabar con las causas de nuestro dolor, y así, el dolor vuelve.
-Conseguir ciertos placeres y ciertas satisfacciones muchas veces tiene como consecuencia la creación de situaciones dolorosas, las cuales al cabo de un tiempo nos pasarán su factura.
La dinámica de éstas dos opciones, aunque no elimina las causas de nuestro dolor, nos permite situaciones en las que el dolor nos resulta tolerable, y también situaciones doinadas por los placeres y por las satisfacciones, y debido a esto, y a pesar de que existen dramas y tragedias, ponemos poca energía y poca dedicación a buscar soluciones reales a nuestro dolor, pues ponemos la mayor parte de nuestra energía en conseguir placeres y satisfacciones que la mayoría de las veces no los buscamos en nuestros comportamientos bondadosos o armónicos, sino en otras fuentes de placer y de satisfacción.
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