El Hombre siempre había soñado con volar, y ahora puede hacerlo en aviones y otros artilugios. El Hombre ya puede llegar a la Luna. Volar, llegar a la Luna, unos logros y unos precios pagados por ello. En nuestra sociedad se es mucho más consciente de lo que se considera como logros, pero se es muy poco consciente de lo que son los precios, o bien esos precios no se tienen en cuenta.
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Nuestros deseos pueden ser de cosas muy variadas, y pueden ser muy diferentes que los deseos de la mayoría, y podemos considerarlos como deseos necesarios, o legítimos, o buenos para los demás, o bien como deseos bellos, elevados, profundos, trascendentes... pero a la hora de conseguir nuestros deseos surgen límites.
Para vencer esos límites hay que pagar unos precios que tienen grandes consecuencias para nuestra vida, y además, el intentar vencelos tiene grandes consecuencias para la sociedad y para nuestro planeta. Por otra parte, ¿Qué es lo que ocurre cuando el Hombre, o cualquier individuo, puede vencer a algunos de los límites contra los que lucha?
Frente a las situaciones que se producen luchando contra los límites o cuando se vencen, y a las que podrían producirse, nos queda la opción de buscar otros caminos. ¿Somos conscientes de qué caminos pueden ser esos? ¿Somos conscientes de los límites que cada uno de ellos puede tener para nosotros?
En el Universo y en la Naturaleza todo tiene sus límites naturales y eso es lo que hace posible su funcionamiento armónico.
Cuando el Hombre acepta y respeta sus límites naturales vive en armonía consigo mismo, con el Universo y con la Naturaleza.
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