*Dedicamos una parte de nuestra vida a conseguir lo que creemos que necesitamos, lo que deseamos, así como a evitar aquello que tememos.
*Dedicamos una parte de nuestra vida a disfrutar de la situaciones placenteras.
*Dedicamos una parte de nuestra vida a buscar información para satisfacer nuestra curiosidad.
*Con todo lo que somos, con todo lo que aprendemos, con todo lo que conocemos cuando hacemos lo anterior, dedicamos una parte de nuestra vida a comprender el por qué de las cosas.
Vivimos haciendo cosas e intentando comprender, y sólo así podemos sostenernos y a la vez desarrollar nuestros potenciales naturales y alcanzar una vida plena, una vida fiel a nuestra conciencia. Aunque cometemos errores y siempre es mucho lo que ignoramos y lo que no comprendemos, los vacíos y las faltas de plenitudes de nuestra vida provienen de nuestra falta de interés por hacer y por comprender.
¿Qué es lo que reduce nuestro interés por hacer y por comprender?
Cada uno tiene ante así varias posibles respuestas, y en ellas tiene que saber encontrar por sí mismo lo que aún necesita comprender. Mientras intente comprender, aunque sienta decepciones porque lo comprendido no le ha producido el bienestar esperado, su vida no estará vacía y será fiel a su conciencia.
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