Aquella noche, después de cenar, Caminante le dijo a Mágica:
-La intuición está muy bien para comprender profundamente, pero vivir es tomar decisiones, es actuar, es responder ante lo que se nos presenta en nuestro caminar, y la mayoría de las veces no tenemos a nuestra intuición lista para actual en el momento en el que hemos de hacerlo.
-A la hora de actuar podemos hacerlo como se nos ocurra en ese momento y usando infinidad de medios, pero para actuar armónicamente sólo podemos recurrir a nuestras respuestas naturales.
-Dijo Mágica.
-¿Y en qué consisten nuestras respuestas naturales? -Preguntó Caminante.
-Toda respuesta está impulsada por una emoción, pero sobre las emociones no tenemos control.
-Dijo Mágica, y lo dijo a la espera de que Caminante aportara su reflexión, y éste no se hizo esperar y dijo:
-Nuestras emociones responden de manera automática a nuestras necesidades de supervivencia, y siempre son la respuesta más rápida. Para mí, esto es un ejemplo de respuestas naturales, respuestas que nuestra sociedad muchas veces condena por no considerarlas moralmente correctas, por no considerarlas conforme a los valores dominantes, unos valores que son casi todos ellos artificiales. -Dijo Caminante.
-De acuerdo, pero no todas las respuestas que hemos de dar están relacionadas directamente con la supervivencia, sin embargo, estoy de acuerdo en que toda respuesta está impulsada por una emoción. Cuando la respuesta no está relacionada directamente con la supervivencia, las emociones dependen de la profundidad de nuestra comprensión, de nuestra intuición y de nuestro nivel de conciencia. En estos casos, las respuestas naturales son todas aquellas que NO estén interferidas por otros diferentes a estos. -Dijo Mágica.
-¿Y cómo se pueden evitar esas interferencias, si además, la mayoría de las veces no somos conscientes de ellas? -Preguntó Caminante.
-La respuesta a esta pregunta está en tu caminar espiritual, en tu intuición. -Se limitó a contestar Mágica.
La intuición emerge de lo profundo,
y cuando se eleva se convierte
en una estrella que nos guía.
Dos días después Caminante le dijo a Mágica:
-He pensado mucho sobre cómo saber cual es el lugar natural de cada cosa, y al final he llegado a la conclusión de que la mejor manera es la intuición, pero de eso tu sabes más que yo.
-Yo también he pensado sobre nuestra conversación del otro día, y eso me ha llevado a sacar las siguientes conclusiones: Creo que, efectivamente, la intuición es la que más nos acerca a la realidad del Universo y de nuestra verdadera esencia, pero aunque una intuición profunda se puede tener en situaciones diferentes, las intuiciones más frecuentes y más armónicas son las que surgen de una comprensión básica previa. -Dijo Mágica, y Caminante le pidió que siguiera.
-La comprensión básica previa nos la produce el uso sensato y de la razón y de la inteligencia, nuestro caminar, nuestro explorar, y sobre todo la vida sencilla y el vuelo alto y libre de la conciencia. -Dijo Mágica.
-La intuición pertenece al mundo de lo inconsciente, pero como su nombre indica, no tenemos un acceso consciente a ese mundo. ¿Cómo podemos relacionarnos con él? -Dijo Caminante.
-Dejando que sea él el que se relacione con nuestra parte consciente, y dejarlo significa ser receptivo a todo, tanto a lo que ocurre en nuestro interior como más allá de nuestra mente racional, dejemos que nuestro inconsciente se comunique, dejemos que hablen nuestra serenidad y nuestra intuición. -Dijo Mágica.
-Eso son muchos conceptos. -Dijo Caminante.
-Efectivamente, y mientras hablan los conceptos la intuición calla. Dejemos que callen los argumentos para que hable la intuición. -Dijo Mágica, y ambos guardaron silencio.
Al día siguiente, Caminante le dijo a Mágica:
-He estado reflexionando mucho sobre la razón y creo que hemos de profundizar más en ella.
-Veamos en qué quieres profundizar.- Dijo Mágica.
-La evolución natural, el ritmo del Tao, nos ha dotado de razón, se trata de la última gran evolución de nuestra psique. La tenemos y además la necesitamos. Si te fijas bien, la razón es lo que más utilizamos cotidianamente, incluso esta conversación se basa en la razón. Por otra parte, la mente racional es la primera puerta de entrada de toda comprensión. Además, sin una buena dosis de razón, las demás visiones de las cosas quedan incompletas o bien fácilmente pueden derivar hacia visiones erróneas o fuertemente perturbadas. -Expuso Caminante.
Mágica reflexionó durante un buen rato, y aunque no encontró ninguna objeción a las palabras de Caminante, dijo:
-Pero hemos de combatir la visión que nos han impuesto aquellos que se presentan como defensores de la razón y de la ciencia, esa visión que dice que sólo la razón y la ciencia pueden conocer y comprender la realidad de las cosas. Estarás de acuerdo conmigo en que hoy día esta visión es la que domina y la causante de la mayoría de los problemas actuales.
-Sí, la razón y la ciencia desarrollando toda la tecnología actual se han convertido en el principal medio para conseguir riqueza, y eso estimula a su vez al deseo de conseguir bienes materiales, y ese deseo es el causante principal de todos los conflictos actuales y por lo tanto de todos los problemas. Pero estos defensores de la razón y de la ciencia tienen una base muy sólida para sus argumentos. Se trata del rechazo a unas religiones que presentándose como las únicas portadoras de la verdad niegan cualquier otra verdad y pretenden dictar lo que está bien y lo que está bien y lo que está mal, y también se presentan como una alternativa a un conocimiento mágico que aunque tiene un gran potencial, también ha cometido y sigue cometiendo grandes equivocaciones. -Dijo Caminante.
-O sea, que según tú todo tiene su aspecto necesario. -Dijo Mágica.
-Sí, aunque creo que hemos de resistir frente a quienes usan la razón para ejercer su poder y su visión de las cosas, hemos de entender las verdaderas funciones de la razón y de los demás aspectos de nuestro interior, hemos de rechazar el combate entre esos aspectos y buscar la armonía entre todos ellos, es decir, hemos de permitir que cada cosa ocupe el lugar que naturalmente le corresponde, el lugar en el que las ha puesto la evolución natural, es decir, el ritmo del Tao.
-Concluyó Caminante.
-¿Y cómo saber cual es ese lugar natural?
-Preguntó Mágica, y esta vez fue Caminante el que guardó un silencio reflexivo, y sólo se le ocurrió pensar la mejor manera de saberlo era prescindiendo de la razón y dejando hablar a la intuición.
-¿Por qué te llaman Mágica? -Le preguntó Caminante a la mujer con la que estaba charlando mientras caminaban.
-Porque para mí hay muchas cosas que me resultan mágicas. -Contestó esta.
-¿Por ejemplo? -Preguntó Caminante.
-Todo lo relacionado con la vida, por ejemplo, una semilla que germine y nazca una planta que dé flores y frutos, que un pájaro vuele, todo lo que se despierta cada amanecer... -Contestó Mágica.
-Pero muchos dirán que eso puede explicarlo la ciencia. -Dijo Caminante.
-La ciencia explica el cómo, pero no el por qué último de las cosas, la ciencia no lo ve todo, y detrás de lo que la ciencia no ve, está la magia del Misterio. -Dijo Mágica.
-Te entiendo. -Dijo Caminante.
-Además, y sobre todo, está el hecho de que todo está relacionado con todo. Unas veces esas relaciones son sencillas de ver, pero otras veces son muy misteriosas. A veces veo cosas o me ocurren cosas que, cuando las cuento, la gente me dice que son coincidencias, casualidades, pero a mi me parecen cosas producidas por esas relaciones misteriosas de las que te hablo. -Dijo Mágica.
-Sí, las persona dominadas por las creencias racionalistas y defensoras de que sólo la razón y la ciencia pueden comprender la realidad nos han robado gran parte del sentido mágico de la vida, lo cual nos impide ver la realidad en su conjunto.
-Se lamentó Caminante.
-Y pretenden robarnos la fantasía. -Dijo Mágica.
-Pero a veces hay quien confunde las fantasías con la realidad. -Objetó Caminante.
-Es cierto, y también es cierto que muchas fantasías son ignorancias, obsesiones, visiones fanáticas que pueden resultar peligrosas, sobre todo cuando las tienen personas que así mismas se consideran racionales, pero yo distingo entre mis fantasías y la realidad, y utilizo mis fantasías para conocerme mejor a mí misma y al Universo, y para cultivar los elementos más elevados de mi interior, pues toda fantasía nos da una libertad absoluta y además toda fantasía está basada en nuestra realidad interior, por eso, lo único que es necesario es ser conscientes de cual es nuestra realidad interior, y después dejemos que hable nuestro sentido mágico. -Concluyó Mágica.
Podemos hablar.
¿En qué queremos profundizar?
Podemos observar.
¿Qué queremos comprender?
Podemos....
En todo pajarillo, en toda rama,
en toda cáscara y simiente,
toda esencia se halla
y toda realidad se contiene.
BONDAD
MORALIDAD
SABIDURÍA
-Veo que tú te centras en la búsqueda de la sabiduría, valoras la bondad mucho menos que yo, y no confías en la moralidad. -Le dijo Utópico a Caminante.
-Empezaré por la moralidad. La gran mayoría de la gente es bondadosa mientras que no interfieran sus deseos, es decir, mientras que no tenga ningún deseo que entre en contradicción con su bondad, entonces si el deseo tiene cierta fuerza se olvida de su bondad y se centra en conseguir sus deseos. Por otra parte, la moralidad impide conocer la realidad, pues el Universo y la Naturaleza no se rigen por principios morales. Nos dan lo que necesitamos, pero no son morales. -Dijo Caminante.
-¿Y qué opinas de la bondad, supongo que te parecerá buena y necesaria? -Preguntó Utópico.
-La bondad es parte de la compasión, y la compasión es algo con lo que nos ha dotado la evolución, pues la compasión es fundamental para que sobrevivamos pues somos seres sociales. Por lo tanto, la bondad es natural y es necesaria, pero no es la solución a nuestros problemas, no tiene capacidad de liberarnos del sufrimiento, pues la bondad no es sabia en sí misma, y necesitamos sabiduría para no cometer errores y para aumentar nuestra armonía con el Universo y con la Naturaleza. -Contestó Caminante.
-O sea, que ser bondadosos no nos hace necesariamente sabios, ¿pero ser sabios nos hace más bondadosos? -Preguntó Utópico.
-Toda sabiduría que aumente nuestro grado de armonía reduce nuestros deseos. Cuantos menos deseos tenemos menos dañamos a los demás, cuantos menos deseos tenemos menos obstáculos tiene nuestra bondad para manifestarse. Para mi no se trata de intentar aumentar nuestra bondad y nuestro amor, se trata de permitir que éstos se manifiesten libremente, y yo creo que el Universo, la Naturaleza, la evolución, el ritmo del Tao, nos ha dotado de la suficiente bondad y del suficiente amor. Para mí eso es todo. -Contestó Caminante.
-Así que para ti el Hombre es bueno por naturaleza. -Dijo Utópico.
-El Hombre es Naturaleza, es Universo, es Tao, es divino, sólo necesita descubrir todo eso permitir que aflore libre y naturalmente, y eso es para mi el camino espiritual, es es la verdadera Sabiduría. -Concluyó Caminante.
Dicen que la esperanza
es lo último que se pierde
pero este árbol perderá sus hojas
que antes fueron verdes.
-¿Qué opinas de la esperanza? -Le preguntó Utópico a Caminante.
-La esperanza está indisolublemente ligada al mundo de los deseos. Cuando tenemos un deseo con él nace y de él se nutre la esperanza en que lo conseguiremos. -Respondió Caminante, el cual calló a la espera de que Utópico dijera algo, pero éste permaneció en un silencio reflexivo y Caminante continuó:
-Todo camino verdaderamente espiritual intenta liberarse de los deseos y armonizar con el natural fluir del Universo, fundirse con Él, con lo cual en él no hay lugar para la esperanza, o mejor dicho, la esperanza queda como un lastre en quien no se ha liberado de sus deseos.
-¿A ti te resulta suficiente vivir sin esperanzas?
-Preguntó Utópico.
-A mi conciencia sí, a mi ego no, pues mi ego, como todo ego, tiene deseos y por lo tanto también esperanzas. Ahora bien, mi conciencia busca la liberación y la armonía, y mi conciencia vive en el presente, por eso en ella no hay esperanzas, como tampoco las hay en la conciencia de cualquier persona, otra cosa es que se confunda el ego y la moralidad con la conciencia, cosa que ocurre con muchísima frecuencia. -Contestó Caminante.
-¿Qué esperas de la gente te rodea, confías en ella? -Preguntó Utópico.
-Mi ego y mi moralidad confían en mis seres queridos, en mis amigos. Confío porque sé que no tienen ninguna intención de hacerme daño y porque sienten un afecto sincero por mí, confío porque se que en la medida de sus posibilidades me ayudarán cuando lo necesite, y además siento afecto por ello y les ayudo cuando puedo.
-Respondió Caminante.
-¿Qué esperas de la Humanidad, confías en Ella?
-Preguntó Utópico.
-Mi ego y mi moralidad aún conservan la llama de la confianza juvenil en que la Humanidad supere sus retos, resuelva sus problemas, cambie de rumbo y se vaya volviendo cada vez más armónica. Pero mi ego de una madurez que se acerca a la vejez, y la visión de la estupidez y de la locura humana, hacen que crea que el futuro será más conflictivo, más caótico, con más sufrimiento que el presente. -Contestó Caminante, y Utópico guardó un profundo silencio.
Humanidad
Extraterrestres. Lo verde madura, todo evoluciona.
El público que escuchaba creyó que el cuento había acabado y empezaron a aplaudir, pero la anciana les dijo que el cuento no había acabado y continuó contándolo:
"Los extraterrestres siempre han tenido a un pequeño grupo en la Tierra, y lo mantienen en la actualidad. Este grupo se limita a enviar información a su planeta sobre la evolución de la Humanidad, una información a la que en su planeta saben sacar un gran provecho, pues saben aprender cosas muy útiles a la hora de resolver sus problemas, los cuales cada vez son menos, en parte debido a la información que les llega desde la Tierra, dejando la Humanidad continúe con su propia dinámica, pues su experimento consiste precisamente en eso.
En cuanto a los sabios, se trata de hombres y de mujeres que no forman ninguna asociación, ninguna orden, que son individualistas, y que, aunque conviven cotidianamente con la gente, se mantienen ocultos a sus ojos, en parte porque ellos no se muestran, en parte porque la gente con la que conviven no saber la energía que desprenden. No la saben ver, pero esa energía influye en la parte inconsciente de los individuos, e influye en el inconsciente colectivo de la sociedad, esa es la manera en la que actualmente ayudan los sabios, pues no intervienen en ningún aspecto de la vida de los individuos ni de la sociedad.
-¿Por qué todavía os mantenéis ocultos?, ¿Por qué ya no comunicáis vuestra sabiduría? -Les preguntaron los extraterrestres a los sabios.
-Nuestros antepasados ya descubrieron toda la sabiduría que la Humanidad es capaz de descubrir. Sólo se trata de que cada individuo, y el conjunto de la sociedad, la comprenda en toda su profundidad y alcance la capacidad para vivir de acuerdo con lo comprendido. Para eso no es necesario que nos mostremos, todo depende de cada individuo y la mejor manera que tiene cada individuo de aprender es siendo él mismo su propio maestro, además, en caso de mostrarnos, unos no nos harían caso, otros nos despreciarían, otros nos perseguirían, y otros nos adorarían, y nada de todo esto beneficia a la gente ni a nosotros mismos. -Contestaron los sabios.
-Bueno, nosotros seguiremos con el experimento. -Dijeron los extraterrestres.
-De acuerdo, sois bienvenidos. Pero queremos haceros una pregunta: ¿Por qué en vuestro planeta la gente aprende más rápido que en la Tierra?
-No lo sabemos. La misma información que nosotros les enviamos es la que en la Tierra tiene a su disposición cualquiera que quiera observar con un poco de detenimiento lo que pasa, además allí hemos tenido problemas muy parecidos a los que vosotros estáis teniendo, y la gente allí también saca conclusiones más acertadas que la gente de la Tierra, pero ignoramos la razón de todo esto.
-¿No será porque allí los sabios son apreciados y admirados y se les deja tranquilos? -Preguntaron los sabios.
-Tal vez sea eso, pero ignoramos por qué allí los sabios son vistos de manera diferente que en la Tierra. Y nosotros, al contrario que los humanos, no sacamos conclusiones, ni conjeturas, ni creamos creencias con aquello que ignoramos. Cuando ignoramos algo nos limitamos a hacernos preguntas y buscamos respuestas, y siempre nos encontramos con la imposibilidad de conocer algunas de esas respuestas, pero aceptamos eso, aceptamos el Misterio, hasta que aumenta nuestro conocimiento y tenemos base suficiente para intentar de nuevo hallar las respuestas. Eso es todo. -Concluyeron los extraterrestres."
Esta vez la anciana si que había acabado el cuento, y Utópico y Caminante se dirigieron a hablar con ella, y Utópico le preguntó:
-¿Qué es lo que opina la gente sobre este cuento?
-Es un cuento porque yo digo que es un cuento, pero tu no puedes saber que lo sea, pues tal vez sea la realidad, tal vez yo sea una sabia oculta.
-Contestó la anciana con una risa alegre y serena y después continuó:
-Hay quien se lo toma como un cuento más. Hay quien piensa que muchas de las creencias y teorías sobre la evolución de la Humanidad tienen las mismas posibilidades de ser reales que éste cuento. ¿Y vosotros dos, qué opináis?
-En estos momentos sólo estoy pensando en la sabiduría que contiene. -Contestó Caminante.
La Naturaleza está creando continuamente, y cuando creemos que destruye, lo hace como manera de regenerarse, lo hace como parte del ciclo vital de la vida.
Una de las principales creaciones del Hombre es el coche, al menos una de las creaciones que más está determinando su vida actual.
El uso de los coche, su combustible, las materias primas que se usan en su construcción y las infraestructuras que necesita, causan destrucción en la Naturaleza, pero esa destrucción no tiene ningún efecto regenerador ni forma parte del ciclo de la vida.
El Hombre también destruye a los coches, ¿sirve esa destrucción para regenerar algo? ¿o sólo sirve para que los fabricante puedan vender más coches?
Era un día soleado y cálido, y Utópico y Caminante entraron en la plaza de un un pueblo, allí una anciana estaba contando el siguiente cuento:
"Procedente de una civilización extraterrestre muy avanzada tecnológicamente, llegó a la Tierra una expedición compuesta por unos pocos individuos. Tenían la misión de hacer un experimento con los humanos con el objetivo de aprender algo que les resultara útil a la hora de resolver los problemas que tenían en su planeta. Durante cinco años se dedicaron a estudiar a las sociedades humanas, y al cabo de ese tiempo decidieron reunir a un grupo de sabios terrestres. Les llevaron a su nave y allí les dijeron:
-Tenemos el poder suficiente como para obligar a todos los gobernantes y a todas las sociedades de la Tierra a someterse a nuestro poder, pero no tenemos intenciones de invadiros ni de imponeros ningún tipo de poder que vosotros no queráis aceptar, aceptaremos la solución que vosotros nos digáis.
-Tenéis poder para cambiar las conciencias de los humanos? -Preguntó uno de los sabios.
-No, y aunque lo tuviéramos no lo pondríamos en práctica. -Respondieron los extraterrestres.
Los sabios abandonaron la nave y poco después se pusieron a deliberar. Fueron viendo que podían experimentar dando el poder a todas las creencias, una tras otra y ver así cual de ellas resultaba la mejor para toda la sociedad. Pero pronto rechazaron esta idea porque entendían que los defensores de las creencias diferentes a la gobernante no aceptarían esa solución, y que las diferentes ambiciones producirían conflictos.
En vista de esto se plantearon entregarles el poder solamente a las personas honesta y que también fueran las más capacitadas para gobernar, pero también vieron que esta solución no sería aceptada, seguramente ni siquiera por la mayoría de la población, pues mucha gente vería este gobierno como un obstáculo para sus intereses y para vivir conforme a lo que creía.
Se plantearon elaborar ellos un modelo de sociedad, de normas de conducta y de leyes, ellos buscarían las más justas y las más sabias posibles, dejando el poder solamente en manos de la gente más honesta y más capacitada. Sin embargo, pronto llegaron a la conclusión de que la gran mayoría de las personas no aceptaría esa solución. Entendieron que el nivel de conciencia de la gente no estaba preparado para aceptar voluntariamente lo mejor para la sociedad si eso significaba tener que renunciar a muchos aspectos de su vida y a una buena parte de sus creencias.
Se debatieron otras alternativas, y al final decidieron que lo mejor, que la única posibilidad viable era que ellos no intervinieran en la dinámica de las sociedades, que sólo alguno de ellos comunicaría su sabiduría a la gente, y así decidieron dejar las cosas como estaban, que fuera la sociedad la que con sus conflictos diarios, sus luchas, sus búsquedas de soluciones, sus creencias, sus razones, sus emociones, sus conocimientos y sus ignorancias, sus fes y sus escepticismos, sus sueños e ilusiones, las cosas sencillas y alegres de su vida cotidiana, la que fuera evolucionando, la que fuera dándose cuenta de las causas de los problemas y de cuales eran las posibles soluciones. Y así se lo comunicaron a los extraterrestres, y éstos estuvieron de acuerdo.
Y esto sucedió hace ya mucho tiempo, cuando las grandes civilizaciones terrestres estaban naciendo y dando sus primeros pasos, y hoy día los verdaderos sabios siguen estando ocultos, o al menos nadie advierte su presencia."
Regalo del Sol,
del cielo azul,
del otoño,
de la Madre Tierra,
Regalo de la Vida.
Luz y libertad envueltas en belleza.
Todo regalo tiene el valor que tú quieras darle.
NOTA.- No malgastes este regalo viéndolo solamente en una pantalla tan reducida como es la del móvil, pásalo al ordenador o a la televisión.
-En el siglo XX se escribieron varias utopías negativas o distopías, para mi las más importantes han sido "UN MUNDO FELIZ" de Aldous Huxley, y "1984", de Georges Orwell, y en el cine ha habido varias películas que han tratado también de diversas utopías negativas. ¿Qué opinas de las utopías negativas? -Le preguntó Utópico a Caminante.
-Siempre he pensado que se trata de reflexiones sobre la sociedad del momento en el que fueron escritas o filmadas. -Contestó Caminante.
-Explícate mejor, pues siempre transcurren en el futuro. -Pidió Utópico.
-El futuro puede ser muy incierto, el futuro no puede saberse de antemano. Sin embargo, el futuro se va construyendo siempre sobre las bases del presente, y los autores de estas utopías negativas eso lo tenían claro, estaban avisando de los peligros que los valores dominantes de su presente representaban para el futuro, o al menos es como yo lo veo. -Dijo Caminante.
-¿Tú crees que ses han cumplido algunos de los aspectos de esas utopías negativas? -Preguntó Utópico.
-Sí. En el caso de "1984", se habla de una sociedad totalitaria que dominaba absolutamente no sólo las vidas de los ciudadanos, sino también sus creencias y pensamientos. En la actualidad estamos asistiendo a intentos de totalitarismo en muchos movimientos políticos (que incluso presumen de demócratas) y en muchos líderes gobernantes, y por otra parte, hay cosas de nuestra sociedad actual de las que no se habla, a las que no se cuestiona (en "1984" tampoco se hablaba de ciertas cosas y nadie cuestionaba nada), piensa en todo esto, descubre por ti mismo, así sabrás hasta qué punto eres víctima de estos variados totalitarismos y del totalitarismo general de nuestra sociedad, al que algunos también llaman "pensamiento único". -Dijo Caminante.
Los mirlos son siempre negros, pero cuando la felicidad se pone como el principal objetivo, son muchos los que nos los quieren presentar como blancos, o al menos les gustaría que fueran de ese color. Pero ya se sabe, los mirlos blancos no es que sean un rareza como se dice, sino que no existen.
-¿Y qué pasa con "UN MUNDO FELIZ"?. En aquella sociedad la gente estaba contenta y se estimulaba a la gente para que fuera feliz. -Dijo Utópico.
-Desde hace ya muchos años, la felicidad es el principal mecanismo de control de los ciudadanos, los poderosos, los ricos y los ambiciosos la prefieren sobre la represión y el uso de la fuerza. Quien vende cualquier producto, cualquier idea, cualquier creencias, promete felicidad, la felicidad la prometen los políticos, se nos dice que hay que ser positivos y con ello se nos dice que la felicidad es posible, y todo el mundo tiene a la felicidad como el principal objetivo de su vida. -Dijo Caminante.
-Y tu eres un gran escéptico de la felicidad, ¿Verdad? -Dijo Utópico.
-Sí, para mí es la mayor trampa en la que vive el Ser Humano actual. Su búsqueda es la causa principal del sufrimiento. Pero eso es algo que tú tienes que descubrir por ti mismo. Yo creo que la mejor manera de no caer en una trampa es descubrirla por uno mismo. -Dijo Caminante.
-Si nos ponemos a reflexionar sobre la posible evolución negativa de nuestra sociedad, ¿qué clase de futuro negativo nos espera? -Preguntó Utópico.
-Observa los valores dominantes de la actualidad, observa la fuerza que esos valores tienen dentro de ti y podrás hacerte una idea. Ya te he dicho antes que sólo se escapa de las trampas cuando las descubrimos por nosotros mismos, cuando vemos la obviedad de que los mirlos son negros.
Al día siguiente, Utópico le preguntó a Caminante si creía que en su libro tendría que tener más cosas en cuenta, a lo que Caminante le dijo:
-Tienes unos bellos ideales. Existen muchos bellos ideales, tanto de sociedades regidas por elevados principios morales, como por elevados principios de igualdad y de libertad, y también existen muchos ideales de mundos regidos por grandes sabios, o donde la gente es muy buena y bondadosa y amorosa, todos ellos son muy antiguos. Pero todos ellos tienen un denominador común: Quien tiene esos bellos ideales son personas a las que nos les resulta suficiente aquello que el Universo y la Naturaleza no da a todos.
-¿Pero cuál es el problema de que la gente tenga bellos ideales? -Objetó Utópico.
-Los problemas son dos: El primero es que no aceptan el natural fluir de las cosas y pretenden crear todo tipo de mundos artificiales, mundos hechos a la medida de quien tiene esos sueños, es decir, ni siquiera son mundos hechos a la medida de la mayoría. El segundo es que no aceptan la realidad que les rodea. -Dijo Caminante.
-Me parece bien que no se acepte la realidad que nos rodea, es fea, es injusta, es dura, y se puede trasformar para hacerla bella, justa y amorosa.
-Argumentó Utópico con firme convicción.
-No se trata de aceptar los valores que dominan la sociedad actual, cosa que yo tampoco acepto, se trata de aceptar el hecho de que la sociedad es como es. Sin esa aceptación no es posible entender al completo el mundo en el que vivimos pues no tenemos en cuenta todos los aspectos de ese mundo y de como relacionarnos con ellos. Por otro lado, cuando tenemos el deseo de construir una sociedad alternativa pero también artificial, dejamos de ver la realidad como es, y pasamos a ver las cosas que se ajustan a la realidad que queremos construir y a no ver las que no se ajustan, o bien a despreciarlas, es decir, vemos las cosas distorsionadas, es aquello de confundir los deseos con la realidad. Y a mi me parece que sin ver las cosas como realmente son, no podemos construir nada sólido, nada real, es decir, nada armónico. -Dijo Caminante.
-¿Y tú tienes la manera de averiguar como es es realmente el mundo? -Dijo Utópico en un tono en el que pretendía decirle a Caminante que era un arrogante.
-Yo se cuales son los caminos por los que no debo caminar, eso es todo. Yo camino para comprender, no para construir nada, pues lo que el Universo y la Naturaleza crean continuamente me parece perfecto, y es perfecto no porque tenga las máxima virtudes, o porque sea bondadoso o amoroso, sino porque es natural, porque contiene todos los elementos para la liberación y para la armonía.
-¿A ti te basta con eso? -Preguntó Utópico en un tono más sereno.
-A mi conciencia y a mi intuición sí, a mi ego, a mi mente y a mis emociones todavía no, ellos todavía buscan placeres y satisfacciones en cosas que no son naturales, y entre esas satisfacciones está la de ver que hay quien tiene la rebeldía de no aceptar los valores dominantes de esta sociedad, y que hay quien busca alternativas. Aunque ya te he expuestos mis reparos a tu utopía, me satisface ver que estás buscando, pues mientras haya búsqueda habrá posibilidades de liberación y de armonía.
-Respondió Caminante, y Utópico quedó pensativo y sin ninguna actitud hostil hacia Caminante.
Todos tenemos una, se trata de nuestra conciencia. Ella nos guía en nuestros reposos y en nuestros vuelos.
Y también nos da lo que comamos y cenemos hoy.
¡Buen provecho!
-Mi sueño es poder vivir en una sociedad libre e igualitaria, armónica con la Naturaleza y donde reinen la paz y el amor. Y estoy escribiendo un libro sobre eso. ¿Tú crees que mi utopía es posible? - Le dijo Utópico a Caminante.
- Sí, creo que lo es. Yo no confundo lo utópico con lo imposible, viejos sueños utópicos de hace siglos se han cumplido después -Dijo Caminante.
- Me alegro mucho, pues eres el primero que me dice eso. -Dijo Utópico.
-¿Supongo que en tu libro hablarás de cuales son las condiciones necesarias para que tu utopía resulte posible.? -Preguntó Caminante.
-Si, claro. -Contestó Utópico, el cual expuso detalladamente cuales eran esas condiciones.
-¿Y también hablarás de las dificultades que tiene el Ser Humano para reunir todas y cada una de esas condiciones? -Volvió a preguntar Caminante.
-Eso es algo que ahora estoy averiguando. Por cierto, me gustaría que me explicaras cuales crees tu que son esas dificultades. -Dijo Utópico.
-Cada individuo tiene las suyas. Pero la mayoría de ellas, así como las más importantes, podrás averiguarlas mirando dentro de tu interior y viendo cuales son las tuyas. -Dijo Caminante.
-Entiendo, y veo que aunque averigüe cuales son mis dificultades, me resultará difícil superarlas.
-Dijo Utópico.
-No se trata de fácil o de difícil, no se trata de un esfuerzo de superación, y mucho menos se trata de una lucha interior. Se trata del camino espiritual de tu vida, es decir, se trata de un proceso interior donde cada cosa requiere su comprensión y su tiempo de maduración. Puede que llegues lejos, o puede que sólo avances un poco cada día; puede que alcances la Sabiduría o puede que alcances menos de lo que esperas, pero eso no es lo importante, lo importante es que camines hacia tu horizonte, hacia tu utopía, pues esa es tu verdad interior. Para mi, el camino es lo más valioso.
-Concluyó Caminante.
