miércoles, 5 de diciembre de 2018

BELLOS IDEALES




   Al día siguiente, Utópico le preguntó a Caminante si creía que en su libro tendría que tener más cosas en cuenta, a lo que Caminante le dijo:

  -Tienes unos bellos ideales. Existen muchos bellos ideales, tanto de sociedades regidas por elevados principios morales, como por elevados principios de igualdad y de libertad, y también existen muchos ideales de mundos regidos por grandes sabios, o donde la gente es muy buena y bondadosa y amorosa, todos ellos son muy antiguos. Pero todos ellos tienen un denominador común: Quien tiene esos bellos ideales son personas a las que nos les resulta suficiente aquello que el Universo y la Naturaleza no da a todos. 

  -¿Pero cuál es el problema de que la gente tenga bellos ideales? -Objetó Utópico. 

 -Los problemas son dos: El primero es que no aceptan el natural fluir de las cosas y pretenden crear todo tipo de mundos artificiales, mundos hechos a la medida de quien tiene esos sueños, es decir, ni siquiera son mundos hechos a la medida de la mayoría. El segundo es que no aceptan la realidad que les rodea. -Dijo Caminante. 

 -Me parece bien que no se acepte la realidad que nos rodea, es fea, es injusta, es dura, y se puede trasformar para hacerla bella, justa y amorosa. 
-Argumentó Utópico con firme convicción. 

 -No se trata de aceptar los valores que dominan la sociedad actual, cosa que yo tampoco acepto, se trata de aceptar el hecho de que la sociedad es como es. Sin esa aceptación no es posible entender al completo el mundo en el que vivimos pues no tenemos en cuenta todos los aspectos de ese mundo y de como relacionarnos con ellos. Por otro lado, cuando tenemos el deseo de construir una sociedad alternativa pero también artificial, dejamos de ver la realidad como es, y pasamos a ver las cosas que se ajustan a la realidad que queremos construir y a no ver las que no se ajustan, o bien a despreciarlas, es decir, vemos las cosas distorsionadas, es aquello de confundir los deseos con la realidad. Y a mi me parece que sin ver las cosas como realmente son, no podemos construir nada sólido, nada real, es decir, nada armónico. -Dijo Caminante. 

  -¿Y tú tienes la manera de averiguar como es es realmente el mundo? -Dijo Utópico en un tono en el que pretendía decirle a Caminante que era un arrogante. 

 -Yo se cuales son los caminos por los que no debo caminar, eso es todo. Yo camino para comprender, no para construir nada, pues lo que el Universo y la Naturaleza crean continuamente me parece perfecto, y es perfecto no porque tenga las máxima virtudes, o porque sea bondadoso o amoroso, sino porque es natural, porque contiene todos los elementos para la liberación  y para la armonía.

 -¿A ti te basta con eso? -Preguntó Utópico en un tono más sereno. 

  -A mi conciencia y a mi intuición sí, a mi ego, a mi mente y a mis emociones todavía no, ellos todavía buscan placeres y satisfacciones en cosas que no son naturales, y entre esas satisfacciones está la de ver que hay quien tiene la rebeldía de no aceptar los valores dominantes de esta sociedad, y que hay quien busca alternativas. Aunque ya te he expuestos mis reparos a tu utopía, me satisface ver que estás buscando, pues mientras haya búsqueda habrá posibilidades de liberación y de armonía. 
-Respondió Caminante, y Utópico quedó pensativo y sin ninguna actitud hostil hacia Caminante. 

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