lunes, 3 de diciembre de 2018

LO NECESARIO Y LO SUFICIENTE

   Bastándose con lo necesario. 

    Buscando lo suficiente.

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     A solas, Caminante reflexionó profundamente sobre las charlas que había mantenido con Insatisfecha, y pronto pensó en que para la mayoría de las personas, tener lo necesario no era suficiente. Pensó que la Naturaleza nos da lo que necesitamos para nuestra supervivencia, y que la evolución nos ha dotado de la capacidad necesaria para el trabajo y de la inteligencia y la curiosidad para saber aprovechar todas las posibilidades que la Naturaleza nos ofrece.

   Pensó que la evolución nos ha había hecho seres sociales, pero también nos había dotado de una capacidad para reproducirnos, y que esa capacidad iba acompañada de placeres y de satisfacciones. Pensó en que muchas veces necesitamos ser cuidados por los demás, y vio que la evolución nos había dotado también de la capacidad necesaria para la compasión, para amar, y de una moralidad natural para respetarnos y poder convivir pacíficamente. Y vio que esas capacidades también estaban acompañadas de placeres y de satisfacciones. 

  Pensó que al no tener suficiente con lo necesario, el Ser Humano comenzaba a buscar y a luchar por conseguir lo suficiente, y que era eso lo que producía los conflictos, las desigualdades, los abusos, las faltas de libertad, y que eso era la Gran Tragedia Humana puesto que producía todo el sufrimiento y dificultaba o impedía que nuestros actos y nuestras creencias estuvieran dirigidos solamente por nuestros mecanismos naturales de supervivencia, así como por la compasión, el amor y la moralidad natural. 

   Pensó que el Ser Humano tenía una naturaleza, una esencia, que le llevaba a plantearse cosas que no necesitaba para la supervivencia ni para la convivencia en sociedad: Se trataba de lo trascendente, de lo espiritual, de lo elevado, de lo profundo. Y vio que el Ser Humano había sido dotado por el Universo, por la Naturaleza, por la evolución, de un impulso para esa búsqueda, de una capacidad para observar, de inteligencia, y sobre todo, de una conciencia y de una intuición. Y también vio que en ambas tenía lo necesario para que la búsqueda de lo trascendente resultara satisfactoria.  

        ¿Por qué lo necesario
         no nos resulta suficiente?

  Esa era la Gran Pregunta. Sólo se le ocurrió una respuesta: No nos resulta suficiente porque nuestra conciencia no se ha desarrollado plenamente. Pero surgía otra pregunta: ¿Por qué nuestra conciencia no se había desarrollado plenamente?. Pensó que cualquier respuesta que diera traería al menos otra pregunta, y así sucesivamente. 

   Y por último pensó que las insuficiencias en el desarrollo de nuestra conciencia eran las que producían tantas creencias sobre aquello que no conocemos y sobre lo que no podemos conocer, y sobre todo, pensó que eran nuestras limitaciones para la comprensión profunda las que impedían que lo necesario nos resultara suficiente. 

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