¿Que nos acecha?
¿Por qué acechanzas nos dejamos atrapar?
No existe la acechanza cuando no hay nada a lo que acechar.
Acechamos a lo que necesitamos,
a lo que deseamos,
y a aquello que una vez alcanzado no nos basta.
A la soledad libre, sólo unos pocos la buscan, y como ella ama libremente a quienes gustosos la aman, no sufre acechanzas, mira el espacio que tiene para volar, mira en su interior, y a lo demás le da la espalda.
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