jueves, 6 de enero de 2022

PLACERES Y SATISFACCIONES (DOS)

 


  Si las principales y más intensas fuentes de placeres y de satisfacciones fueran nuestros comportamientos bondadosos y armónicos, viviríamos en un mundo sin problemas, sin dolor, en un paraíso. No sabemos por qué para la mayoría de las personas las principales fuentes de de placer y de satisfacción no son los comportamientos bondadosos y armónicos, y tampoco sabemos como podemos conseguir que aumenten los placeres y las satisfacciones producidos por los comportamientos bondadosos y armónicos. Por lo tanto, tendremos que aceptar el hecho de que las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. 


  Quienes siguen un camino espiritual, se encuentran con que en ese camino hay momentos más o menos dolorosos y momentos más o menos placenteros y satisfactorios. Cuando vienen los momentos placenteros y satisfactorios, solemos asociarlos a que estamos yendo por el camino correcto, y cuando vienen los momentos dolorosos se suelen asociar a errores o a carencias de varios tipos. ¿Es esto siempre así? Es decir, ¿el dolor, el placer y las satisfacciones son un buen medidor de que vamos por el buen camino o de que estamos avanzando? 


  Los placeres y las satisfacciones que obtiene el buscador espiritual pueden provenir del flujo natural del Universo, en este caso, sus placeres y satisfacciones serán más intensos en función de su sensibilidad respecto al flujo natural. Los placeres y las satisfacciones también pueden provenir de sus propios comportamientos y visiones de las cosas. En estos dos casos, ¿Cuál es el peso que en su camino espiritual tienen los placeres y las satisfacciones que consigue gracias a ese camino? Es decir, ¿Hasta qué punto el camino espiritual se sigue por él mismo, porque nuestra conciencia nos lo indicia, o  hasta qué punto se sigue debido a los placeres y satisfacciones que nos proporciona o que esperamos que nos proporcione? 


  Hay quien puede decir que éstas palabras contienen muchas razones, que son muy mentales, y que la espiritualidad está más allá de lo racional y de lo mental. Esta visión merece ser aclarada de la siguiene manera: Sin una previa claridad racional y mental, poco se puede avanzar en el camino espiritual, y aumentan mucho las posibilidades de seguir atajos falsos o de dejarse deslumbrar por bellas, por mágicas, pero falsas esperanzas. Cuando la razón y la mente estén claras, entonces es el momento de buscar lo que hay más allás de ellas, y de buscar también más allá de las emociones, pues las emociones no son mejores guías espirituales que la razón y la mente y a veces confundimos lo espiritual con lo emocional. 

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