El Hombre siempre está buscando resultados tanto a través de lo que hace como a través de lo que cree, como a través de la ayuda y de los conocimientos de los demás. Por otra parte, el Hombre considera como bueno o como sabio solamente aquello que le permite conseguir los resultados deseados. A la hora de conseguir los resultados buscados, el Hombre dispone de las siguientes grandes vías:
Lo dominante
Lo viejo
Lo innovador
Lo natural
Lo flexible
Lo dominante.- En el ámbito de lo social, lo dominante se impone porque refleja las creencias de la mayoría de las personas. En la vida de cada individuo, lo dominante se impone porque refleja las creencias mayoritarias de cada individuo. Lo dominante tiende hacia la rigidez y siempre quiere mantener su dominio, y para ello tiene que luchar contra lo viejo y contra lo innovador.
Lo viejo.- Aunque lo viejo puede contener una buena cantidad de sabiduría, lo viejo en su conjunto se ha convertido en viejo porque ha sido rechazado, ya sea por la sociedad o por el individuo, como algo que en su conjunto ya ha dejado de ser útil a la hora de conseguir los resultados buscados, es decir, porque ya no responde ni a las necesidades ni a los niveles de conciencia mayoritarios. Y sin embargo, lo viejo siempre tiene defensores que lo consideran mejor que lo dominante y que lo innovador, defensores que luchan contra lo dominante y contra lo innovador.
Lo innovador.- Cuando lo dominante deja de ser útil o es fuente de problemas y de dolor, y lo viejo no se ve como alternativa posible, surge la opción de lo innovador. Lo innovador tiene la capacidad de encontrar nuevas posibilidades, nuevas alternativas, y que esas alternativas sean más útiles, solucionen mejor los problemas y reduzcan el dolor, mejor que lo dominante y que lo viejo. Lo innovador tiene que luchar, tanto contra lo dominante como contra lo viejo, y sólo se impone cuando consigue demostrar claramente que es mejor que lo dominante y que lo viejo. Sin embargo, cuando lo innovador no acepta a lo natural, se convierte en un artificio que inevitablemente acabará por producir toda una serie de problemas nuevos.
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