*Existen diversas creencias defensoras del hedonismo como la actitud más inteligente frente a un mundo lleno de situaciones dolorosas. La más famosa de éstas creencias es la que está expresada en las palabras latinas carpe diem, es decir, disfruta de los placeres del momento que la vida es breve.
*Existen diversas creencias que consideran al hedonismo como una debilidad, como un defecto, o como una fuente de pecado o incluso como un pecado directo.
*Existen diversas creencias que consideran a la austeridad como una virtud, o como una fuente de sabiduría, o como el mejor camino para la vida moral, para la vida religiosa y para la vida espiritual.
*Existen diversas creencias que consideran la capacidad para soportar el dolor como una necesidad frente a una vida en la que se presentan muchas situaciones dolorosas.
*Existen diversas creencias que consideran la capacidad para soportar el dolor como la mayor virtud, como el mayor mérito y la mayor plenitud del Hombre.
Todas éstas creencias están dominadas por una visión moralista y dualista. Frente a ellas, el pensamiento taoísta de Lao Tse, el cual ni es moralista ni es dualista, no entra en los debates entre ellas, sino que tiene su propia y original visión:
Lao Tse ni condena ni rechaza los placeres, se limita a advertirnos de que su búsqueda nos puede esclavizar. Lao Tse no ve virtudes ni méritos en la capacidad para soportar el dolor, se limita a decirnos que aprendamos a aceptar el dolor que a veces se presenta en el fluir natural de las cosas. Para Lao Tse, los placeres y el dolor forman parte por igual del fluir natural de las cosas. En la visión taoísta, el sabio aparece como una persona sencilla, libre, serena, armónica y alegre, y éstas características del sabio, alejado de todo artificio, es lo que mejor refleja la visión taoísta, una visión libre de exaltaciones de los placeres y de las satisfacciones, y por lo tanto, libre de dramas y de tragedias.
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