****************************************
Ante las situaciones dolorosas, en principio se nos presentan dos opciones:
*Hacer lo necesario para escapar de ellas, para evitarlas y para prevenirlas.
*Buscar los placeres que sean capaces de vencer al dolor.
Hacer lo necesario elimina la causa del dolor, o bien durante una larga temporada, o bien para siempre. Pero requiere esfuerzos, sabiduría, capacidades y a veces dolor y peligros.
Conseguir placer suele ser más fácil, y si son suficientes durante un tiempo vencen al dolor, pero es muy frecuente que lo que hacemos para conseguirlos se convierta en causa de dolor y de problemas y que además los problemas sigan sin resolverse.
Quien no se vea capaz de conseguir por sí mismo lo necesario y lo placentero, siempre tiene la opción de pedir diferentes ayudas. Pero unas veces las ayudas no llegan. Hay veces en las que llegan no son eficaces, y siempre hay que pagar un precio por ellas. Por otra parte, en la medida en la que confiemos en las ayudas se reducirán nuestras capacidades para desarrollar la autosuficiencia, la libertad y la sabiduría.
Ante esto, en teoría existen dos opciones más:
*Que lo que hacemos para conseguir lo necesario nos resulte placentero.
*Que aquello que nos resulta placentero nos sirva para conseguir lo necesario.
Estas dos opciones nos parecen los caminos ideales, pero tienen la dificultad de que hay que alcanzar la sabiduría suficiente para caminar por ellos. Vivir siempre presenta dificultades y facilidades, y toda facilidad siempre tiene por compañera inseparable a la dificultad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario