Tenemos la opción de trabajar la tierra para obtener el alimento que nos quite el hambre. Tenemos la opción de aprovechar sabiamente la cosecha obtenida para que nos resulte suficiente. Podemos tener la ilusión de que la Tierra y el Cielo nos darán la cosecha que satisfaga todos nuestros sueños.
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Ante nuestro dolor y ante nuestras insatisfacciones, se nos presentan dos opciones reales:
*Aumentar nuestras capacidades para conseguir aquello que nos produce las satisfacciones que nos permiten liberarnos de nuestro dolor y acabar con nuestras insatisfacciones.
*Aumentar nuestras capacidades para conseguir que aquello que tenemos nos resulte satisfactorio y suficiente.
Es frecuente que alternemos éstas dos opciones. Pero cuando estas dos opciones no nos producen los frutos esperados, aparecen las ilusiones, y entonces el Hombre empieza a imaginar y a buscar otras opciones. Ilusiones, que por las variadas, y a veces bellas y grandes esperanzas que producen, frecuentemente tienen en la vida humana más peso que la realidad, y porlas que tantos precios en frustración, en dramas y en tragedias se pagan y se han pagado.
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