Llevados por las esperanzas puestas en el premio que obtendremos cuando consigamos nuestros deseos, nos cargamos de razones y de derechos.
Con todo lo que cada cual hace para conseguir lo desea se crean las situaciones en las que vivimos todos. Cuando esas situaciones no nos permiten conseguir lo deseado, o cuando nos causan problemas y dolor, nuestras razones y derechos culpan a los demás seres humanos o buscan otros culpables.
Nuestras razones y nuestros derechos nos impiden ver esta dinámica de las cosas, pero son muy hábiles a la hora de buscar todo tipo de justificaciones, las cuales nos impiden ser libres y sabios pues nos atan a lo deseado y a los medios para conseguirlo y desprecian el resto de los conocimientos. A veces nos sentimos culpables, sin embargo, la culpa sólo nos lleva a procurar no dañar a los demás, pero nos ata a la moralidad, la cual no nos deja ser libres ni ver la realidad, pues la realidad no es moral, la realidad es natural.
A veces tenemos razón en algunas cosas, y siempre necesitamos unos derechos básicos, pero lo más importante es encontrar caminos libres y sabios.
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