Tanto en los caminos de las ilusiones como en los de la conciencia, se encuentran placeres y satisfacciones, aunque en los caminos de las ilusiones suelen encontrarse antes y suelen ser más intensos.
Por los caminos de las ilusiones caminan las excitaciones, las agitaciones, las creencias y los conflictos.
Por los caminos de la conciencia caminan la sencillez, la serenidad, la libertad y la sabiduría.
Pese a sus fracasos, el Ser Humano sigue buscando conseguir aquello que no puede alcanzar, y sigue buscando en aquello que ni le libera de su dolor ni le produce las satisfacciones que tanto anhela. En ésta búsqueda dominan las ilusiones.
Sin embargo, el Hombre también está dotado de conciencia, la cual le lleva a buscar por otros caminos diferentes a los que siguen sus ilusiones.
La mayoría de las personas piensan que el objetivo principal es conseguir liberarse del dolor y conseguir las satisfacciones que tanto anhelan, pero antes de eso, el primer objetivo debería ser aprender a distinguir entre lo que buscan las ilusiones y lo que que busca la conciencia.
La farola siempre fracasará si intenta igualar su altura y su luz con las de la luz de la luna.
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En la vida de la mayoría de las personas existen, entre otras, dos constantes:
*Desear cosas que no pueden alcanzar, ni por sí mismas, ni con diferentes ayudas.
*Desear cosas con las que la persona no puede satisfacer sus deseos de verse libre de dolor y alcanzar la felicidad.
Cuando en el Ser Humano domina alguna de estas constantes, el fracaso está asegurado.
Así, evitar el fracaso pasa necesariamente por escapar de estas dos constantes, y para ello hay que buscar otras vías, aunque el individuo tampoco tiene garantizado en éxito en ellas.
Y aquí cada persona se encuentra sola ante sí misma y ante su elección de horizonte.
Las luchas por la riqueza, por el poder y por imponer las creencias, producen unos vencedores y unos vencidos, unos dominadores y unos sometidos. Todos los luchadores justifican sus luchas mediante el siguiente mecanismo:
Primero convierten a sus deseos y creencias en necesidades. Al tratarse de necesidades resulta mucho más fácil convertirlos en derechos. Frecuentemente convierten a sus derechos y a sus creencias en algo sagrado. Cuando el deseo y la creencia se justifican en nombre de lo sagrado, entonces el luchador suele tener más decisión y energía para la lucha y también se convierte en más peligroso para los demás.
Los vencedores, convertidos en dominadores, y a la vez en esclavos de sus deseos, imponen las normas y las creencias que les benefician, y asurge así cada orden social, el cual hasta ahora siempre ha sido artificial. Ante cada orden social caben las siguientes posibilidades:
*Acatarlo, compartir sus valores y creencias. Quienes hacen esto son premiados por ello aunque pierden gran parte de su libertad. De esta manera el orden social se afianza, pero también se va volviendo más rígido y acaba por no satisfacer a la mayoría.
*No acatarlo, violar sus normas sólo en beneficio propio. Quienes optan por esta vía se creen más libres, pero son esclavos de sus deseos y son castigados, y además, sus vidas fácilmente se ven envueltan en los dramas y en las tragedias.
*Luchar por cambiar las normas, los valores y las creencias, para poner algo realmente nuevo. Esto tiene los riesgos de ser castigados y las posibilidades de mejoras y de más libertad para todos.
*A veces, las luchas contra lo dominante, dan lugar a órdenes más opresivos. Esto ocurre porque son muchos los que se dejan llevar por el espejismo de que la fuerza y el castigo solucionan mejor los problemas o imponen mejor las propias creencias, que los premios y la libertad.
*Todo orden social tiene un mayor o menor margen de tolerancia hacia aquellos que no comparten sus creencias. En el espacio que facilita este margen, los individuos pueden desarrollar muchos de sus potenciales, así como su vida espiritual, pensemos que siempre ha habido un orden social, pero que se han desarrollado muchos potenciales no favorables a ese orden y también se ha desarrollado la espiritualidad. Ésta última nunca ha sido favorable a ningún orden social, pues todo orden social hasta ahora siempre se ha basado en el deseo y en el artificio, mientras que la espiritualidad se basa en la liberación de los deseos y en la armonía con lo natural.
El Universo es un orden regido por unas leyes que el Hombre no puede cambiar ni dominar, pero el Hombre puede armonizar con Él, sentirse Uno con Él, desarrollando su flexibilidad.
La Naturaleza es un orden y está regida por las mismas leyes que el Universo, el Hombre no las puede cambiar, y cuando intenta dominarlas causa destrucción. Pero puede armonizar la Naturaleza cultivando la flexibilidad.
La psique humana, la naturaleza humana, es una estructura ordenada, regida por las mismas leyes que el Universo y la Naturaleza. El Hombre no puede cambiar esta estructura, pero esta estructura contiene la flexibilidad necesaria para adaptarse al orden del Universo y de la Naturaleza.
Los sabios, siguiendo cada uno su propio camino, han intuido éste orden y se han guiado por sus intuiciones. Pero la sabiduría que nos han dejado sólo nos sirve de mapa. Así, a nosotros nos corresponde desarrollar la intuición, la flexibilidad, y andar el camino... Y alegrarnos por lo comprendido en cada paso.
Ésta visión es una entre otras más. La existencia de todas ellas nos muestra como la flexibilidad humana ofrece muchas posibilidades, aunque también ofrece el peligro de las confusiones. Para aprovechar las posibilidades se requiere no aferrarse a los dogmas sobre los que se sostienen las diferentes creencias. Para evitar las confusiones se requiere sencillez, serenidad e intuición.
Hay quienes se enzarzan en luchas y en creencias y así crean sus propias cadenas. El pajarillo, elude las espinas de la zarza, y usa sus ramas como reposo y atalaya.
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En nuestro camino espiritual nos encontramos con las mismas cadenas que en las relaciones sociales. Lo que ocurre es que ante nuestros ojos parecen dinámicas diferentes. Pero en ambos casos las cadenas nos las crean los medios a los que recurrimos para conseguir lo necesario para la supervivencia y nuestros otros deseos. Estos medios consisten en astucias, luchas y conflictos, y siempre estamos bien armados de las adecuadas creencias.
La sociedad la hacemos entre todos, nuestro camino espiritual está influido por todo y por todos. Si nos liberamos por igual de buscar culpas y justificaciones, empezaremos a entender la unidad y las relaciones entre la dinámica social y la espiritual.
Aunque nos parezca todo de gran complejidad,
contra ella y contra las cadenas, siempre tenemos la serenidad que nos proporciona la sencillez. Con la sencillez vienen de la mano los siguientes pasos libres y sabios.
*A su debido tiempo todo llega y todo se acaba, sólo permanecen lo eterno y el tiempo.
*Con el fluir del tiempo la vida nos va trayendo sus facilidades, sus dificultades y sus límites.
*Con el paso del tiempo vamos caminando, olvidando, conocimiento y comprendiendo.
Pero ¡Qué pocas veces aceptamos la velocidad de su paso!
Tantas veces contándolo en nuestros intentos de aprovecharlo, y cuanto mejor lo aprovechamos, más a él nos esclavizamos.
Y tantas veces nos enredamos con las creencias y teorías sobre el presente, el futuro y el pasado, sobre relatividades, gravedades, velocidades, curvaturas del espacio-tiempo y los cuerpos en reposo y en movimiento.
Todo esto al tiempo no le importa, el tiempo, sin alterar su velocidad por nuestra vida, sigue pasando.
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Sólidamente y bien acompañados, sólo estamos:
*Por quienes nos aman y amamos.
*Por quienes nos escuchan y a los que
escuchamos.
*Por nuestros afines, por quienes
nos complementamos.
*Por aquellos con los que gustosamente
compartimos lo que en nuestra soledad
cultivamos.
Con todos ellos nos enriquecemos.
Con los demás, a veces nos necesitan y a veces les necesitamos, a veces nos dan y a veces les damos, pero con ellos todo es dependencia, rivalidad, tensión, conflicto y rebaño.
Somos seres sociales porque somos seres en aprendizaje y necesitados, pero a la hora de caminar, sólo en soledad, libres y sabios caminamos.
Los caminos transitados, son caminos pisados por ruidosas y conflictivas creencias, que arrastran a los caminantes tras aquellos que más alto agitan sus banderas de ilusiones y de promesas.
El camino sencillo y solitario, sólo nos lleva hacia donde nos orienta la serenidad de nuestra conciencia.
Por miedo a perderse, muchos caminan al lado de quienes creen mejor orientados, pero con esas compañías, a sí mismos no se encuentran.
El caminante solitario, camina guíado por la compañía que en su interior encuentra, y si tropieza aprende, pero no abandona su senda.
En la mañana fría de enero,
la mariposa, segura sobre la roca,
consigue calor para su cuerpo.
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La roca todo lo soporta con su firme, y nunca rígida, fidelidad a su naturaleza.
De toda vida es nutrición y base primigenia.
Labrada, ornamenta, propaga y abandera las vanidades y las creencias.
Muro que prohíbe, reprime y separa, pero también pared de las protectoras casas.
Piedra, en la que el que no aprende, al menos dos veces tropieza.
Canto rodado, moldeado por la vida, fiel amigo de ríos, arroyos y sendas.
En el invierno ya bien avanzado,
es la última en perder el verde lozano,
pero lo ha cambiado por el luminoso dorado,
y así se dirige hacia el Seno Materno,
que fértil y acogedor la está esperando.
La vida sigue, y a todo ser vivo
le aflora lo que lleva dentro,
después de salir y antes de volver
al mismo Seno Materno.
En sus intentos de dominar y de controlar a la Naturaleza, el Hombre ha desarrollado muchas herramientas de poder. El poder ejercido causa destrucción, cuyas consecuencias son visibles para todos. Contra un poder existe otro poder, pero ningún poder es armónico con la Naturaleza y todos causan destrucción, y ningún poder puede evitar lo que él mismo ha creado.
En sus intentos de dominar a sus semejantes, el Hombre ha desarrollado muchas herramientas de poder. El poder del Hombre contra el Hombre causa conflictos, cuyas consecuencias son visibles para todos. Contra el poder actualmente dominante está el poder de cambiar las normas de la sociedad. Pero ningún poder es armónico con la conciencia humana, ningún poder satisface a todos, y por lo tanto todo poder causa conflictos, y ningún poder puede evitar lo que él mismo ha creado.
Sin recurrir al poder,
¿Qué soluciones se pueden encontrar a los problemas actuales?
¿Qué es lo que nos puede liberar de nuestras propias cadenas y de las que nos ponen los dsemás?
Para empezar, tal vez la sencillez sepa responder.
El grado de separación de la Naturaleza al que el ejercicio del poder sobre Ella ha llevado al Hombre es tan grande, que caminar hacia la armonía sólo es posible a bases de pequeños y sencillos pasos, pasos que nuestra conciencia pueda asumir, y para ello no se puede forzar nada, y no olvidemos que todo forzar es una forma de poder.
Los pajarillos son libres porque no se sienten atrapados por la trama de la vida, ya que pueden volar y cubrir sus necesidades vitales.
*Quien explora en busca de más conocimiento, siempre se encuentra con el Misterio. Quien no pretende desvelarlo y quien no le pone creencias, con lo que ya conoce tiene lo necesario.
*Quien quiere ser más de lo que es o conseguir más de lo que tiene, siempre se encuentras con unas resistencias que no puede vencer. No se pueden vencer porque esas resistencias son el Misterio. Quien no pretende vencer esa resistencias, quien no pretende ser más o tener más, con lo que ya tiene, tiene lo necesario.
*Las cosas van y vienen, y no sabemos el por qué ni podemos saberlo. Quien no acepta este flujo vive agitado e insatisfecho. Quien al Misterio le pone creencias vive atado a sus ilusiones y dormido en sus sueños.
*Ante las diversas situaicones de la vida se producen dos grandes actitudes y respuestas:
-A unos lo necesario les resula suficiente.
-A otros lo necesario nunca les resulta bastante.
El Misterio reside en que ante lo necesario, y también ante el mismo mundo en el que todos vivimos y que nos afecta a todos, haya respuestas y actitudes tan diferentes.
Todos conocemos algo, somos y tenemos algo necesario, todos aceptamos algo y armonizamos con algo natural, y sobre la base de éste algo podemos conocer lo que es necesario conocer, ser lo que es necesario ser, tener lo que es necesario tener. Mientas lo necesario va llegando, tenemos la vida, tenemos el disfrute de lo que ya sabemos, de lo que ya somos, de lo que ya tenemos, y tenemos el horizonte que nuestra conciencia nos muestra y el camino que vamos andando.
Percibir
Pensar
Sentir
Hacer
"La vida son cuatro cosas", percibe, piensa, siente y dice quien lleva una vida sencilla, serena y alegre. Pero para los demás, cuántas complejidades, cuántos artificios, cuántos conflictos, cuántas contradicciones, cuántos atajos, cuántas ignorancias, cuántas creencias, cuántas ilusiones, cuántas esperanzas, cuántas frustraciones, cuántas insatisfacciones, cuántas y cuántos....
Sin embargo, éstas cuántas y éstos cuántos se reducen a dos, pues sólo hay dos opciones:
*Intentar controlar el curso de las cosas.
*Dejar que todo siga su curso natural.
Y aquí aparece el misterio de por qué nos decantamos por una o por otra de éstas dos opciones.
Y como ante todo misterio, o dejamos que siga siendo un misterio o ponemos teorías y creencias.
Y mientras tanto, la vida sigue y nos muestra todo lo que necesitamos para vivirla y para aclararnos.
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El luchador cree que para evitar lo temido y para conseguir lo deseado hay que poner toda la energía posible y desarrollar la máxima capacidad posible para luchar contra los obstáculos, pues el luchador también cree que tras vencer a los obstáculos que se oponen a la consecución de sus deseos están los placenteros y satisfactorios premios.
Sólo el mejor luchador consigue la mayoría de las veces sus deseos, mientras que los demás los consiguen menos veces, o no lo consiguen, o tienen que someterse a las condiciones que les impone el mejor luchador, y esta dinámica ha hecho que conseguir lo deseado sea la norma y el valor dominante de nuestra sociedad.
Las luchas producen problemas, y para solucionarlos hay que desarrollar la comprensión. Por su parte, la comprensión presenta la necesidad de que para evitar los problemas y para escapar del dolor, hay que cambiar interiormente, hay que cambiar de deseos, incluso hay que renunciar a muchos de ellos, y hay que dedicar mucha energía al cambio interior. Pero el Hombre muy pocas veces está dispuesto a renunciar a sus deseos, y tampoco es muy proclive a cambiar unos deseos que como probadas fuentes de placer y de satisfacción por otros de los que desconoce si le darán los mismos placeres y satisfacciones, y sobre todo, necesita toda la energía para conseguir lo deseado, con lo cual no puede dedicar la energía necesaria al cambio interior.
Todo deseo trae unas luchas, y toda lucha trae unos problemas que el luchador no sabe ni puede solucionar. El que comprende esto profundamente cambia interiormente y se adapta mejor al ritmo natural de las cosas, y como lleva una vida sencilla y tiene pocos deseos, tiene que luchar poco, y así sus problemas y los problemas que puede crear a los demás, también son pocos, y esto le hace más libre y más sabio.
En la vida se nos presentan varios caminos. Cada uno tiene sus propias dificultades y sus propias facilidades, y cada uno conduce a un sitio diferente.
En apariencia, unas veces escogemos un camino concreto en función de las dificultades y de las facilidades que presentan los diferentes caminos de los que tenemos noticia. Otras veces lo escogemos en función de dónde creemos que nos llevará cada camino. En nuestra visión de las facilidades, de las dificultades, y de las esperanzas de lo que encontraremos al llegar al final de nuestro camino intervienen nuestras necesidades, nuestros deseos, nuestras capacidades, nuestro ego, nuestra razón, nuestras emociones, nuestros instintos, nuestras intuiciones, nuestra conciencia.
Pero además existen dentro de nosotros otros aspectos que desconocemos, pero que en muchos casos tienen una enorme fuerza a la hora de dedicirnos por un camino o por otro. Como son aspectos que desconocemos no tiene sentido especular respecto a ellos, aunque como ante todo lo desconocido, el Hombre crea infinidad de creencias.
A todo esto hay que añadir que cuando iniciamos el recorrido de un camino ignoramos lo que encontraremos en él, así como las consecuencias de nuestro viaje, también ignoramos hasta dónde llegaremos, ignoramos las rectificaciones que haremos, los atajos que cogeremos, e ignoramos lo que realmente encontraremos cuando lleguemos.
Muchos aspectos son estos, con lo cual cabe preguntarnos:
¿Hay algún medio de conseguir el conocimiento y el control de todos ellos?
¿Caminamos libres en busca de nuestro propio horizonte, o es cada horizonte el que nos dicta el camino sin que podamos escoger otro?
¿Existe algún conocimiento más sencillo y más claro?
Cada paso nos da su respuesta, pero siempre hay un camino por el que estamos caminando.
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UNA VISIÓN DE LO QUE SUCEDE
*Cuando una cosa ocurre siempre se producen unas consecuencias. Las que consecuencias que se producen son sólo las que se pueden producir, pero no podemos saber todas las que se producirán y no podemos controlarlas todas.
*El pasado es un misterio, el futuro es una incógnita, y al realidad del presente siempre se nos presente interferida, perturbada, por nuestras propias ignorancias e ilusiones, y son pocos los que son capaces de distinguirlas y pocos los que son capaces de vivir de acuerdo con la realidad que alcanzan a conocer, pero vivimos, y lo hacemos como sabemos y como podemos, y hacemos cosas que se convierten en causas de nuestro futuro. Y sometidos a la tensión producida por esta sucesión de causas y de consecuencias es como aprendemos, como evolucionamos.
Y el gorrión nos muestra una imagen simbólica del actual estado mayoritario en la evolución del Hombre.
Para protegerse, el carazón tiene una concha, pero la concha le aísla del mundo exterior.
Para hacer frente a la adversidad, la roca es dura y fuerte, pero esa dureza impide que le penetre la luz del Sol.
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*Para tener sensibilidad hay que tener la piel fina, pero una piel fina también es más sensible al dolor, y así, para reducir el dolor endurecemos nuestra piel o nos ponemos corazas, y así también reducimos nuestra sensibilidad a las satisfacciones.
*Frente a las adversidades tendemos a hacernos fuertes, pero esta fuerza también reduce nuestra sensibilidad a la satisfacciones.
Aquí vemos unas contradicciones y creemos que para evitarlas necesitamos mantener un difícil equilibrio entre dolor y satisfacciones. Sin embargo, éstas contradicciones se deben a que consideramos que lo más importante es conseguir lo deseado, sin embargo, de nuevo podemos recurrir a la sabiduría de Lao Tse:
"El Maesro observa el mundo
pero confía en su visión interior.
Permite que las cosas vengan y vayan.
Su corazón permanece tan abierto como el cielo."
(Tao Te King. Cap. 12)
Así, para Lao Tse la cuestión no reside en buscar formas de equilibrar las contradicciones, sino en escapar a la creencia de que lo más importante es conseguir lo deseado, y orientar la vida hacia la búsqueda de la aceptación de que "las cosas vengan y vayan".
Para sentirnos satisfechos necesitamos dos grandes cosas:
*Necesitamos conseguir o encontrar aquellas cosas que tienen el potencial real de producirnos satisfacción. Aquello que produce satisfacción es diferente en cada persona.
*Necesitamos tener una sensibilidad lo suficiente desarrollada para que lo potencialmente satisfactorio nos produzca sensaciones lo suficientemente intensas para que nos resulte suficiente.
Cuando nos encontramos con que lo necesario no nos resulta suficiente:
¿Se debe a nuestra escasa sensibilidad a la hora de valorar en todo lo que vale lo necesario que hemos conseguido?
¿De qué depende nuestra mayor o menor sensibilidad ante lo potencialmente satisfactorio?
Tal vez las respuestas haya que buscarlas en las siguientes palabras de Lao Tse:
"Los colores ciegan el ojo.
Los sonidos ensordecen el oído.
Los sabores nublan el gusto.
Los pensamientos debilitan la mente.
Los deseos marchitan el corazón.
El Maestro observa el mundo
pero confía en su visión interior.
Permite que las cosas vengan y vayan.
Su corazón permanece tan abierto como el cielo."
(Tao Te King. Cap. 12)
De estas palabras de Lao Tse deduzco que el mucho uso de nuestros sentidos, de nuestros pensamientos y deseos es lo que reduce nuestras sensibilidades, mientras que confiar en nuestra visión interior, es decir, en nuestra intuición y en nuestra conciencia, así como permitir que las cosas vengan y vayan y mantenernos recetivos ante ellas sería lo que evitaría que perdiéramos nuestra sensibilidad natural.
Siempre hay algo que ignoramos, algo en lo que nos equivocamos, algo que nos limita, algo a lo que estamos apegados.
Cuando buscamos comprensiones, siempre hay algo que comprendemos, algo que rectificamos, algo de lo que nos liberamos, y siempre está la satisfacción que esto nos produce y la satisfacción de seguir buscando por el mismo camino.
Quien no aprecia éstas satisfacciones y son otras las que prefiere,
¿Qué puede rectificar? ¿De qué se puede liberar?
Las situaciones dolorosas se presentan con más menos freuencia en nuestra vida, unas veces sin que las llamemos, y otras veces debido a nuestros errores, muchos de los cuales son inevitables. Para conseguir lo necesario del dolor, para evitarlo y para prevenirlos, necesitamos libertad y sabiduría:
La libertad.- A veces necesitamos libertades sociales y políticas, pero las que al individuo le falten no puede conseguirlas por sí solo. Sin embargo, el individuo sí que tiene la posibilidad de conseguir por sí mismo la libertad interior necesaria, una libertad que aunque tiene la posibilidad, también tiene que alcanzarla y eso le creará dificultades.
La sabiduría.- La podemos adquirir de muchas maneras, peero tenemos que buscarla, tenemos que alcanzarla, y eso nos presentará dificultades.
A veces, la libertad y la sabiduría alcanzadas no nos resultarán suficientes para escapar a nuestras situaciones dolorosas. Mientras esas situaciones sean intensas o duraderas, la única opción que no queda será, o bien recurrir a las diferentes ramas de la medicina, o bien a conseguir placeres y satisfacciones, los cuales alivarán nuestro dolor, pero nunca acabarán con las raíces del mismo.
Hay quien puede creer que existen otras vías "espirituales", o "terapéuticas", o "tratamientos natuales" para acabar con el dolor, pero que tenga mucho cuidado pues siempre están al acecho los atajos falsos y los espejismos, así como todo tipo de seductores que los venden.
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Ante las situaciones dolorosas, en principio se nos presentan dos opciones:
*Hacer lo necesario para escapar de ellas, para evitarlas y para prevenirlas.
*Buscar los placeres que sean capaces de vencer al dolor.
Hacer lo necesario elimina la causa del dolor, o bien durante una larga temporada, o bien para siempre. Pero requiere esfuerzos, sabiduría, capacidades y a veces dolor y peligros.
Conseguir placer suele ser más fácil, y si son suficientes durante un tiempo vencen al dolor, pero es muy frecuente que lo que hacemos para conseguirlos se convierta en causa de dolor y de problemas y que además los problemas sigan sin resolverse.
Quien no se vea capaz de conseguir por sí mismo lo necesario y lo placentero, siempre tiene la opción de pedir diferentes ayudas. Pero unas veces las ayudas no llegan. Hay veces en las que llegan no son eficaces, y siempre hay que pagar un precio por ellas. Por otra parte, en la medida en la que confiemos en las ayudas se reducirán nuestras capacidades para desarrollar la autosuficiencia, la libertad y la sabiduría.
Ante esto, en teoría existen dos opciones más:
*Que lo que hacemos para conseguir lo necesario nos resulte placentero.
*Que aquello que nos resulta placentero nos sirva para conseguir lo necesario.
Estas dos opciones nos parecen los caminos ideales, pero tienen la dificultad de que hay que alcanzar la sabiduría suficiente para caminar por ellos. Vivir siempre presenta dificultades y facilidades, y toda facilidad siempre tiene por compañera inseparable a la dificultad.
En la niebla, el árbol,
gris a nuestros ojos se muestra.
Bajo la luz del Sol,
los verdes en él se reflejan.
Con su tronco firme
y sus ramas flexibles,
fiel se muestra el árbol
a la naturaleza de sus raíces.
La niebla y el Sol
muestran las apariencias,
la conciencia se fija en las esencias.
Dentro lleva
hojas, flores, frutos y semillas.
Con el Sol y con la lluvia
el árbol despierta sus potencias.
El Hombre se duerme
con los ruidos y los deslumbres
de sus ilusiones y creencias.
¿Qué silencios y que luces le despiertan?
