miércoles, 14 de diciembre de 2022

SERENAR LO AGITADO

 


  Cualquiera puede provocar agitación, pero aunque saben hacerlo, no la provocan los sabios, pues les basta con lo necesario. 

  Para serenar lo agitado no se necesita hacer nada, sólo se trata de dejar de hacer aquello que provoca agitación. Cuando deja de soplar el viento, el árbol se serena solo. 

  Tan fácil, tan sencillo, tan poco practicado
   ¿Dónde está la dificultad? 

  Unos a esa dificultad la ven como aburrimiento. Otros como un vacío interno. Otros como falta de plenitud. Todos ellos tienen éstas visiones porque no se han alimentado con los frutos que la soledad cultiva en su fértil huerto.



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