Nuestro ego y nuestros deseos continuamente están juzgando a los demás egos y a los demás deseos, y al juzgarles, les comparamos con lo que creemos que somos, y así surgen dos visiones:
*La visión que tenemos de ellos.
*La visión que tenemos de nosotros mismos. Aunque de ésta visión no solemos ser conscientes.
A los demás les vemos como mejores y como peores, como superiores y como inferiores, y debido a ésto tenemos la gran dificultad de encontrar a quienes poder considerar como a nuestros iguales. (A los defensores de las diferentes creencias y de las diferentes ideologías, les resulta imposible considerar a los demás como a sus iguales, y así les ven y les tratan como a malvados y como a inferiores)
Nos enredamos en juzgar o en no juzgar, y en lo justo y en lo injusto de las sentencias, pero lo que importa es tomar conciencia de lo que creemos que somos y de nuestras dificultades a la hora de encontrar a quienes poder considerar como a nuestros iguales.
Cuanta más conciencia tomamos, menos juzgamos
y menos sentenciamos.
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