Cuando no aceptamos lo natural, y cuando lo cotidiano nos resulta duro, feo, insatisfactorio, doloroso, y no lo podemos cambiar, entonces lo extraordinario se nos aparece como la única posibilidad.
No pensamos en que si no podemos cambiar lo cotidiano, más dificultades tendremos aún para conseguir lo extraordinario.
Cuando no conseguimos por nosotros mismos lo extraordinario, o cuando no aparece por sí solo o como regalo, entonces buscamos las ayudas de los demás, y con mucha frecuencia, las ayudas de las fuerzas y de los seres extraordinarios.
Y así nos esclavizamos a nuestros deseos de conseguir lo extraordinario y nos sometemos a las condiciones de todos y de todo aquello que nos pueda ayudar.
Sobre el por qué de todo ésto, que cada cual saque sus propias conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario