En las zonas agrícolas, los gorriones son vistos como un peligro, pues se alimentan de cereales y de otros cultivos. Pero los gorriones también se alimentan de insectos, y eso es beneficioso para la agricultura y para el equilibrio ecológico. Así, las diferentes visiones sobre ellos son contradictorias.
Los habitantes de las ciudades no les ven ni como un peligro ni como un beneficio, y como además no destacan por sus bellos colores o sus cantos, se les ve con indiferencia o no se repara en su existencia. Y ésto mismo es lo que hace el Hombre con todo aquello en lo que no ve beneficios o peligros, y de ésta manera, el Hombre sólo ve una parte de la realidad.
Debido a que al Hombre no le resultan bellos sus colores ni su canto, no les mete en jaulas como a otros pájaros, así, el gorrión vive en libertad. Por otra parte, el gorrión urbano vive del Hombre, pero no hace nada para ganarse sus favores, y eso le permite vivir en libertad. Todo ésto también dice mucho sobre el Hombre.
En suma, los gorriones no sólo forman parte del equilibrio ecológico, sino que también nos sirven para hacer reflexiones como éstas.
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