Las mayores posibilidades y los mayores riesgos para nuestra vida se producen como consecuencia de nuestras actitudes y comportamientos más cotidianos.
Sin embargo, nuestras mayores esperanzas y nuestros mayores temores se basan en que ocurra lo extraordinario.
Esta regla tiene sus excepciones, las cuales producen los cambios en lo cotidiano y muy pocas veces en lo extradonario.
Qué cada cual saque sus conclusiones.
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