La veleta, sencillo instrumento de orientación, nos aporta conocimientos y así nos saca de dudas y pone claridad en nuestras confusiones. Pero al Hombre, lo sencillo pocas veces le resulta suficiente.
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Ignorancias, dudas, confusiones, cada cual, consciente o inconsciente, con las suyas.
Cada cual, agitado, limitado, encadenado por las suyas.
Cada cual ante sus inevitables errores.
Cada cual buscando y esperando ayudas.
Llegan menos de las esperadas, y la mayoría crean ilusiones y defraudan.
Y el ignorante, el dudoso, el confuso, vive resignando o buscando, hasta que descubre la luz que lleva dentro.
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