miércoles, 11 de septiembre de 2019

TRES DILEMAS


   Un grupo de alumnos del viejo profesor se reunieron fuera de clase, y con el ánimo de ponerle a prueba, redactaron un escrito que contenía tres dilemas. El escrito se lo pasaron al viejo profesor y al resto de la clase. 

1º) Naturaleza y moralidad.

  La Naturaleza no es moral, no se rige por leyes morales. Pero el Ser Humano necesita normas morales para poder vivir en sociedad. ¿Cómo solucionar este dilema?

2º) Deseos, derechos, conflictos y paz.

  El individuo y los grupos sociales tienen deseos. Estos deseos los transforman en necesidades. Estas necesidades las transforman en derechos sagrados. Cada ser humano y cada grupo social tiene deseos diferentes, y todos ellos tienen los mismos derechos, todos ellos tienen sus razones para conseguir sus deseos. Esto hace inevitables los conflictos, pero todo el mundo dice desear la paz. ¿Cómo solucionar este dilema?

3º) Deseos y vida.

  Los deseos generan todos los conflictos, los deseos encadenan al Hombre. Pero sin deseos no hay energía, no hay voluntad para conseguir lo necesario para la supervivencia, ni lo necesario para defender la propia vida y la de los seres queridos y la especie humana se extinguiría. ¿Cómo solucionar este dilema?


       LOS TRES DILEMAS:
       LA RESPUESTA DEL VIEJO PROFESOR.

 1º) Naturaleza y moralidad.

  La moralidad que el Hombre necesita para vivir en sociedad es una moral natural, es decir, una moralidad producida por la propia evolución natural del Hombre. Se trata de unos principios sencillos basados en la compasión: Respetar la vida y la libertad de los demás, no dañarles. Si el Ser Humano hubiera optado por armonizar con la Naturaleza en vez de optar por intentar dominarla, o si el Ser Humano viviera una vida sencilla y de armonía con la Naturaleza, el Ser Humano, libre de los deseos de dominar a la Naturaleza, también estaría libre de los deseos de dominar a otros seres humanos, y así, el Ser Humano no necesitaría de ninguna norma moral, con su compasión natural tendría suficiente para una vida armónica en sociedad. 

2º) Deseos, derechos, conflictos y paz.

  Esta vez la respuesta del viejo profesor fue muy simple y muy corta, y la sacó del pensamiento de Lao Tse: "Cuando no hay deseo todo está en paz."

  Contento porque sus alumnos hubieran demostrado tanto interés por su asignatura, y divertido por la actitud de desafío juvenil a su autoridad de profesor, añadió de su propia cosecha: "Cuando no hay deseo surge la serenidad, y de la serenidad surge la sabiduría, y entonces no es necesario recurrir al esfuerzo de la inteligencia para intentar "pillar" al viejo profesor en una contradicción."

3º) Deseos y vida

  La vida es movimiento, y el movimiento obtiene su energía de la tensión que se produce entre los principios yin y yang, los cuales son unos principios naturales en los que se basa el movimiento del Universo así como el de toda la Naturaleza. Esa energía es lo que vosotros llamáis deseo, así, en tanto que tensión entre el yin y el yang, el deseo es natural. Los seres humanos nacemos gracias al deseo sexual, nos alimentamos gracias a ese deseo al que llamamos hambre, conseguimos el agua que necesitamos gracias a ese deseo al que llamamos sed, y así hay un deseo natural para los los demás aspectos de nuestra supervivencia, aspectos con los que tenemos lo necesario para vivir y para desarrollar todo lo que realmente somos. Pero al Ser Humano actual lo necesario no le resulta suficiente, y usa la energía de los deseos naturales en combinación con su inteligencia, como medios y herramientas para conseguir cosas que no necesita, y ha llegado al extremo de darle más importancia a lo que realmente no necesita que a los aspectos naturales de su supervivencia, y esa actitud la basa en las grandes capacidades de su inteligencia, sin darse cuenta de que la inteligencia que tiene debería servirle para aumentar su sabiduría y su armonía y no usarla para conseguir sus deseos de cosas que no necesita.... o para conseguir que el profesor no separa como responder a vuestro ingenio juvenil. 

  Ah, y tenéis que hacer una redacción centrada en tres puntos:

 1) ¿Qué cosas necesitáis para vuestra supervivencia y para desarrollar lo que sois? 

 2) Reflexionad sobre los usos de la inteligencia. 

3) Reflexionad sobre como nos libera la sabiduría.


          INTELIGENCIA Y SABIDURÍA

  Cuando el viejo profesor corrigió las redacciones de sus alumnos se volvió a encontrar con las enormes dificultades que tenían para distinguir entre inteligencia y sabiduría, y como esas dificultades se traducían en el hecho de que solían confundirlas a ambas, cuando se lo comentó, uno de los alumnos le pidió que se lo explicara y el viejo profesor les dijo: 

-Inteligencia es lo que vosotros utilizasteis cuando me presentasteis los tres dilemas. Queríais conseguir algo y recurristeis a ella para conseguirlo. Inteligencia fue la que demostré yo cuando contesté a vuestros dilemas. -Dijo el viejo profesor y calló unos instantes para darles tiempo a sus alumnos a entender y a tomar apuntes. Tras esta pausa continuó: 

 -Sabiduría es comprender profundamente algún aspecto de la realidad del Universo, de la Naturaleza, del Hombre, de cada uno de nosotros, y luego ser capaces de vivir en armonía con lo comprendido. La cumbre de la sabiduría es comprender profundamente las relaciones existentes entre todas las cosas, por otra parte, la sabiduría siempre es liberadora pues el sabio se libera de sus deseos y así también se libera del sufrimiento, mientras que la inteligencia suele atarnos a los deseos, sobre todo cuando gracias a ella conseguimos lo deseado. -Dijo el viejo profesor e hizo otra pausa, pero esta vez esperando que los alumnos dieran su opinión.

  -O sea, que no eres sabio, como mucho un aprendiz de sabio. -Dijo una alumna con una sonrisa amable. 

  -Efectivamente. Todos somos aprendices de sabio. Unos somos profesores, otros sois alumnos, hay quien aprende por su cuenta, y la mayoría no aprende nada, o lo poco que aprende sólo lo aprende a golpes, pues sólo está interesado en conseguir lo deseado usando para ello su inteligencia. En cierto sentido en estos últimos se cumple una creencia de algunos profesores de hace ya muchos años que decía: "La letra con sangre entra".  -Concluyó el viejo profesor devolviendo la sonrisa amable a la alumna. 

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