jueves, 26 de septiembre de 2019

ESPERANZA


    Desde la confusión de sus ilusiones,
    el Hombre espera que podrá libar
    en las más bellas flores.     


    -¿Según tu, en qué consiste la esperanza? -Le preguntó Sofía al viejo profesor. 

  -Se trata de la confianza o de la ilusión, en que se podrá conseguir lo deseado. En tanto que ilusión, dificulta nuestra comprensión de la realidad. En tanto que deseo, la esperanza es esclavizadora. Pero estos dos aspectos no los ve el esperanzado, pues la confianza de que es posible liberarse del dolor, así como el bello sueño de futuros y bellos placeres se lo impiden. -Contestó el viejo profesor.

 -Creo que tienes una visión muy negativa sobre la esperanza. La esperanza genera unas enromes energías, y bien empleadas pueden servir para luchar contra las injusticias, para hacer frente a los problemas, para mejorar las cosas.  Todas las luchas por un mundo mejor se han hecho gracias a la esperanza de que ese mundo era posible, y muchas de esas viejas esperanzas son hoy realidades beneficiosas para todos. Por otra parte, ninguno de mis pacientes se curaría si no tuviera esperanzas en sanar. -Dijo Sofía.

 -Las injusticias y los problemas que pude solucionar la energía de la esperanza antes los había creado el hecho de que muchas personas tuvieran esperanzas. Las cosas que puede solucionar la esperanza, al basarse en ilusiones y deseos, pronto producirán nuevos problemas. En cuanto a tus pacientes, si en el pasado se hubieran dedicado a escuchar a su conciencia en vez de dedicarse a la esperanza de conseguir lo deseado, si se hubieran dedicado a comprender la realidad de la vida y hubieran puesto sus energías en vivir conforme a lo armónico que iban descubriendo, no tendrían necesidad de acudir a tu consulta de psicología. -Replicó el viejo profesor.

  -No me vayas a dejar tú ahora sin pacientes. -Dijo riendo Sofía.

 -Verás, la esperanza es en realidad la consecuencia del actual  nivel de conciencia del Hombre, un nivel del que el Hombre actual todavía no se ha liberado de su estado de niño miedoso y desorientado que, incapaz de afrontar la vida por sí mismo, necesita de la esperanza para poder aliviar un sufrimiento que sería mucho mayor si no tuviera esperanzas de que su situación va a mejorar. Fíjate en el mito de Pandora, cuando abrió su caja se escaparon todos los males, pero pudo conservar dentro a la esperanza, y todavía hoy decimos "que la esperanza es lo último que se pierde". -Dijo el viejo profesor.

 -La esperanza siempre se sitúa en el futuro, ¿Qué opinas tú de eso? -Preguntó Sofía. 

 -Al situarse en un futuro mejor que el presente, en teoría tiene poder para mejorar a la sociedad, pero al centrarse en el futuro no afronta bien el presente, no lo entiende bien, tiende a substituir la realidad por cosas idealizadas, y toda idealización niega a lo natural, y así, cuando el futuro se hace presente las bases de ese presente no se corresponden con la realidad. La esperanza es bella, y a veces para algunas personas es lo único que les queda para no desesperarse, es lo único que les alivia de un sufrimiento del que no saben escapar, pero la esperanza nunca arrancará la raíz del sufrimiento. Vivamos el presente escuchando a nuestra conciencia, vivamos de manera sencilla y serena, miremos hacia horizontes sabios, y dejemos cerrada a la esperanza con siete llaves en la caja de Pandora. -Dijo el viejo profesor, el cual no convenció del todo a Sofía, pero esta guardó silencio con la esperanza de que ya encontraría palabras con las que rebatir a su marido, y así, los dos decidieron irse a dormir. 

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