viernes, 6 de septiembre de 2019

HACER


   -Vivimos en una sociedad que está obsesionada con hacer. Ante cada problema, ante cualquier tipo de adversidad, ante cualquier situación que no gusta, hacer, siempre hacer. Y así se crean nuevos problemas, adversidades, situaciones que no gustan, y de nuevo hacer. Y así se crea una cadena interminable, que siempre ata y que a veces nos estrangula. Creo que lo mejor es no hacer...

  Y entonces el viejo profesor se vio interrumpido por una alumna que en tono vehemente le dijo: 

  -Pero entonces los problemas se agravarían. Si tenemos un problema de salud y no hacemos nada, seguramente el problema se agravará y puede correr peligro nuestra vida. Si frente al ladrón la policía no hace nada, el ladrón robará cada vez más y cada vez habrá más ladrones, ¿No?. 

  -Pues si es cierto lo que dices, estamos ante un buen dilema. ¿Que opináis los demás? -Dijo el viejo profesor.

  Surgieron varias opiniones y el viejo profesor las fue anotando en la pizarra, y cuando ya no hubo más opiniones, el viejo profesor, ayudado por la vehemente alumna, las fueron desmontando una por una, pues ninguna de ellas resolvía el dilema y cuando acabó la clase, el viejo profesor les dijo:

  -Hoy es viernes, dedicad el fin de semana a intentar resolver este dilema, y el lunes continuamos. 

  Cuando al lunes siguiente comenzó la clase, un alumno levantó la mano para intervenir y dijo:

  -He leído en un libro la solución al  dilema, se trata del concepto taoísta del wu wei, que en los idiomas occidentales se traduce como no-hacer. 

  -Pero eso ya lo dijo el profesor el viernes. -Replicó la alumna vehemente. 

  -Eso fue lo que seguramente hubiera continuado explicando si tu no le hubieras interrumpido, ¿verdad profesor? -Le replicó su compañero.

  -Verdad, pero continua explicando por favor. -Pidió el viejo profesor. 

  -El concepto de wu wei no es pasividad, tampoco es resignación, a mi modo de ver significa hacer lo menos posible, y cuando se hace algo hacerlo de acuerdo con el curso natural de las cosas. Creo que eso es lo que resuelve nuestro dilema pues el no-hacer, al consistir en acciones armónicas, cada acción no produce un nuevo problema. -Explicó el alumno. 

  -Pero si actuamos así nunca podremos conseguir lo que necesitamos o lo que queremos. -Replicó la alumna vehemente.

  -Yo creo que lo que necesitamos SI, pero lo que deseamos NO. Yo creo que el verdadero problema reside en no ser conscientes de esto. -Le replicó el alumno a su compañera vehemente. 

  -El problema y la tragedia humana. -Dijo el viejo profesor. 

  -¿Podrías explicarnos esto profesor? -Preguntó la alumna vehemente, ahora entono sereno. 

  -Esto os lo dejo a vosotros. Lo más cerca que estaréis de la verdad es cuando exploréis por vosotros mismos. No se trata  de quien tiene los mejores argumentos para defender sus creencias, se trata solamente del hecho de explorar por vuestra cuenta. -Concluyó el viejo profesor. 

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