miércoles, 4 de septiembre de 2019

LA LEY NATURAL DE LA VEJEZ


  Preámbulo) La vida es un ciclo, cuanto más avanza la vejez, más se acerca el final de ese ciclo. 

 Art. 1) Sólo a quien da valor y ama a la sabiduría, la vejez se la aumenta. Quien desprecia a la sabiduría, la vejez aumenta su estupidez y su locura. 

Art. 2) Quien tiene como prioridad conseguir lo deseado, la vejez le disminuye cada vez más la capacidad para conseguirlo.

Art. 3) Quien da en su vida prioridad a las relaciones amorosas, la vejez le reduce el deseo y la energía sexual, y como también disminuye su capacidad para satisfacer los diferentes deseos de su pareja, de su familia y de sus amigos, como cada vez necesitará más ayuda de ellos, cada vez será menos amado. A esta situación se suman las decepciones amorosas del pasado y la disminución de la confianza en las promesas amorosas de todo tipo. Así, la persona, al sentirse menos querida, al confiar menos en el amor de los demás, cada vez se sentirá más sola. 

  Art. 3.1) Quien durante su juventud o su madurez consiguió el respeto, la admiración o el amor debido a sus actos, o debido a sus talentos o conocimientos, durante la vejez será respetado, admirado y querido, y en algunos casos, idealizado.

 Art. 4) Quien en su vida da prioridad a la libertad, con la vejez cada vez será menos autosuficiente y cada vez más dependiente de la ayuda de los demás, así esa libertad tendrá que sustentarla cada vez más en valorar su mundo interior, y allí se encontrará como la principal aliada a su soledad. 

   Quien no acepta esta Ley busca maneras de evitarla con diversas actitudes: La mayoría intenta centrar su vida en los placeres y satisfacciones que aún pueden conseguir o en diversas nostalgias y esperanzas. Hay quienes intentan mantenerse jóvenes o hacer cosas propias de jóvenes, o cosas que retrasen la llegada de las limitaciones. Otros intentan afrontar la llegada del final del ciclo con sus creencias y a esto lo llaman fe o esperanza, pero viven sus vidas limitados por las normas de conducta que sus creencias les exigen. A otros, el miedo a la llegada del fin del ciclo de su vida les esclaviza a la dinámica de usar los placeres que pueden conseguir (Eros), para derrotar al dolor que les produce su forma de vivir y sus creencias (Thanatos). Una variante de esto es lo que en la Roma antigua se conocía como carpe diem (disfrutemos de los placeres del momento que la vida es muy corta)

  Quienes van aceptando esta Ley empiezan a liberarse de sus temores y de sus sufrimientos, y a través de sus vidas cada vez más sencillas y serenas empiezan a ser más sabios y más armónicos, pero esto es un proceso que consiste en ir soltando los lastres proveniente de su pasado, esas creencias que antes veían como pilares sobre los que sustentaban sus vidas y sus esperanzas. 

  Hay quienes intentan vivir o viven según los principios de otra ley, la ley de vivir siempre en el presente, y así intentan liberarse del pasado y del futuro. Si tienen éxito y consiguen vivir siempre en el presente se liberarán de sus lastres provenientes del pasado y de sus deseos, pues los deseos son siempre de cosas que queremos que ocurran en el futuro. Sin embargo, quienes sólo viven en el presente no consiguen parar al tiempo, y ellos mismos se hacen viejos, y también un día acabará su ciclo vital.   

  LA LEY DE LA NIÑEZ

  Art. 1) Sin darse cuenta se le acaba la inocencia, sin ver el artificio que le han inculcado, y del nuevo artificio que se le presenta.

LA LEY DE LA ADOLESCENCIA

   Art.1) En medio de la locura, con  brújula arrogante y con los mapas mal dibujados, la juventud le llega a ciegas. 

 LA LEY DE LA JUVENTUD

  Art.1) De ambición en ambición, de esperanza en esperanza, de creencia en creencia, y con el lobo de la frustración asomando más y más las orejas, así, la juventud se  aleja.

  LA LEY DE LA MADUREZ

   Art. 1) Tras el esfuerzo, el placer de lo conseguido, tras el placer la insatisfacción que ignora  de donde  ha venido, y entre  la decepción y los primeros rayos de la sabiduría, la vejez  llega sin haberla tenido en cuenta. 

    Leyes del artificio cultural,  de la tiranía de las, de las  creencias y sus herramientas mal hechas. A estas leyes sólo escapa el que incluye lo natural en  todas ellas. 

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