domingo, 18 de agosto de 2019
LO COMÚN Y LO DIFERENTE
* Las dos son mariposas, pero son especies diferentes.
* Las dos tienen alas, una las tiene cerradas, la otra abiertas, y cada una tiene colores diferentes.
* Las dos liban en las flores, pero prefieren flores diferentes.
Todos los seres vivos tenemos en común que estamos formados por la misma materia-energía que constituye el Universo y la Naturaleza, y todos estamos regidos por las mismas leyes, es decir, por el ritmo y flujo del Tao.
Pero tenemos un ego que nos hacer creer que somos seres únicos y diferentes. Por otra parte, en tanto en cuanto nos vemos como individuos, tenemos unos niveles de inteligencia diferentes, y tenemos unas capacidades diferentes a la hora de conseguir lo que deseamos, y cada uno tiene sus deseos propios, y tenemos unos niveles diferentes de desarrollo de la conciencia.
Sentirnos diferentes a veces nos lleva a sentirnos inferiores a quienes nos rodean. En estos casos, nuestro ego sufre y pone toda su energía en sentirse igual o superior, y de esta manera nuestro ego se fortalece. No hay un ego más fuerte que el ego que, sintiéndose inferior, pugna por igualarse, o incluso superar, a los egos que cree superiores a él. Pero este ego no es un ego pleno.
Sentirnos diferentes fácilmente nos lleva a sentirnos superiores, a sentirnos arrogantes, a que nuestra mente y nuestro ego puedan creer que somos parte de una élite de privilegiados o de escogidos, y esto nos lleva a despreciar a lo común y a lo que creemos diferente a nosotros. Por mucho que condenemos a este ego, se trata de un ego que ha alcanzado su máximo desarrollo o está muy cerca de alcanzarlo. El ego sólo alcanza su plenitud cuando desarrolla todos sus potenciales.
Sólo cuando el ego llega a su plenitud empieza a debilitarse, y entonces es cuando nuestra conciencia se manifiesta cada vez con más fuerza y es cuando puede alcanzar su máxima plenitud, y solamente entonces es cuando nuestra conciencia puede entender que somos Uno con el Tao, que todo es Uno, que todo es común, que no hay diferencias.
No somos inferiores, no somos superiores, no somos ego, no somos mente, somos materia-energía del Universo animada por la esencia divina y con conciencia universal. Esto puede entenderlo la mente y podemos escribirlo o explicarlo con conceptos y con palabras, pero quien verdaderamente lo comprende y es capaz de vivir de acuerdo con lo comprendido, es solamente la conciencia plenamente liberada y desarrollada.
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