sábado, 10 de agosto de 2019
COMPASIÓN Y SABIDURÍA
La mano abierta ofrece ayuda, la mano abierta es receptiva a la sabiduría.
El Hombre es una ser social al que la evolución, el ritmo del Tao, le ha dotado, entre otras cosas, de compasión. Necesitamos ser compasivos para cuidar de todo aquel que no pude valerse por sí mismo. Sin la compasión no sobrevive ninguna sociedad. En principio la compasión se requiere sólo par las personas cercanas a nosotros, sin embargo, el desarrollo de la conciencia de muchas personas les ha llevado y les lleva a sentir compasión por el conjunto de la Humanidad y también por todos los seres vivos. Esta compasión está muy presente en la mayoría de las religiones y en las grandes tradiciones espirituales, y está presente también en varias ideologías políticas y en todos los pensamientos moralistas.
La compasión es amor, y el amor siempre es compasivo, y esto ha llevado a muchas personas a creer que el amor y la compasión son la mejor solución, incluso la única, a los problemas y al sufrimiento de la Humanidad,y esto podemos verlo por ejemplo en la religiones surgidas de la Biblia y tiene muchísima fuerza en el budismo. Esta visión de la compasión implica también que lo más importante para la vida del Ser Humano son las relaciones con los demás humanos.
La compasión tiene también dos grandes derivados: La obligación moral y el paternalismo. Cuando alguien cree que la compasión no es suficiente, fácilmente puede exigir a los demás la obligación moral o religiosa de ser compasivos, y a veces, ese alguien tiene mucho poder, tanto poder como para obligar a ser compasivo a quien no quiere, y entonces a falta de libertad, el individuo obligado se vuelve hipócrita, pues quiere evitar el castigo por no ser compasivo y quiere conseguir el premio por parecerlo.
El paternalismo presenta dos grandes características: A veces es una mezcla de compasión y de sentirse superior a aquel que necesita de la compasión. Otras veces es moralidad mezclada con la superioridad sobre los que necesitan la compasión, y en ambos casos, el paternalista no suele reconocer que lo es, y sobre todo, no suele reconocer que se cree superior. En el primer caso estamos ante quienes creen que su superioridad sobre los demás les obliga a ser compasivos con ellos, estas personas en general no tienden a imponer su voluntad a nadie, aunque generalmente esperan una cierta recompensa afectiva por parte del ayudado. En el segundo caso, lo más frecuente es que el compasivo sí que intente imponer sus condiciones y sus creencias al ayudado y exija el agradecimiento y la sumisión de este.
El Ser Humano vive en la Naturaleza, de ella se alimenta, gracias a Ella sobrevive, y también de Ella le llegan las enfermedades, los peligros y la muerte. Debido a esto, el Hombre necesita sabiduría para relacionarse con la Naturaleza y sobrevivir el mayor tiempo posible. Además, el Hombre se relaciona con sus semejantes, y también necesita sabiduría para ello. Pero estas dos sabidurías las consigue gracias a su inteligencia.
El Ser Humano es Naturaleza, es Universo, es Uno con ambos y con lo Divino, con el Tao, y siente un impulso interior que le lleva a buscar la armonía, la liberación y la fusión con el Tao. Es decir, el Hombre es también un ser espiritual, y desarrollar esa espiritualidad requiere una sabiduría, pero esa sabiduría no la proporciona la inteligencia, sino la conciencia.
Compasión y sabiduría, ambas necesarias, ambas en todas sus formas, cantidades y niveles, ambas presentes en el Ser Humano, en todo individuo, y ambas produciendo una tensión interna, pues el tiempo y la energía que dedicamos a cada una de ellas, se lo restamos a la otra. Pero toda tensión genera una energía, genera una búsqueda de soluciones, y eso nos hace crecer espiritualmente.
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