miércoles, 21 de agosto de 2019

LA SABIDURÍA DE LA SIMPLIFICACIÓN


     Nunca como en la actualidad el Ser Humano había tenido un acceso tan fácil a las sabidurías que las diferentes sociedades humanas a lo largo de su historia han producido. Es cierto que hay sabidurías del pasado que apenas si conocemos, pero el conocimiento de las muchas que sí conocemos es enorme, y en la mayoría de los casos, completo. También conocemos las sabidurías de los grandes sabios, y de otros no tan conocidos. 

   Todo esto, en principio es una gran riqueza, pues nos sirve para conocer los diferentes aspectos de la sabiduría humana, para poder ensanchar nuestros caminos y nuestros horizontes espirituales, y debería servirnos para ser flexibles y receptivos, para relativizar las cosas y no caer en el fanatismo, en los dogmas, en las intolerancias, o en las garras de las sectas destructivas y esclavizadoras, y de los muchos farsantes que se ocultan tras lo espiritual, lo mágico y lo religioso. 

   Pero toda esta enorme variedad de sabidurías contiene también una gran complejidad: Son innumerables los conceptos, son muchísimas las creencias y los aspectos, y son muchas las diferencias que a veces existen entre todos ellos. Esto puede producirnos una gran confusión, puede hacernos prisioneros de los conceptos y darles vueltas y más vueltas, y puede que aún así no nos aclaremos y continuemos confusos y agitados. 

   Nuestros niveles de conciencia aún no nos permiten liberarnos de las preferencias y de los rechazos, y eso hace  que nos identifiquemos con alguna de las diferentes sabidurías de algún sabio o de alguna corriente espiritual. También puede ocurrir que optemos por el sincretismo, es decir, por coger una cosas de cada sabiduría. Y hay quien mariposea continuamente de flor en flor de las sabidurías sin acabar de decidirse. El sincretismo y el mariposeo  agitan y confunden más que serenan y aclaran.

    Es conveniente que seamos conscientes que la sabiduría y la comprensión profunda requieren que simplifiquemos los conceptos, que relativicemos nuestras creencias y que vayamos liberándonos de ellas, que busquemos lo sencillo y lo sereno, que seamos exploradores y receptivos, pues sólo así podremos estar abiertos a lo que la vida nos muestra, sólo así podremos escuchar a nuestra conciencia, a nuestra intuición, sólo así podremos escuchar y comprender el canto sabio de los pájaros en cualquier bosque, por todos ellos son bosques de la sabiduría. 

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