domingo, 4 de agosto de 2019

LA ASAMBLEA


    Los poderosos del mundo estaban reunidos en asamblea secreta. El primero en tomar la palabra fue el Señor Gris, el cual dijo:

  -Les propongo a todos ustedes que usemos todos nuestros medios, todos los expertos en las diferentes ramas del conocimiento a los que tenemos sobornados para estimular a los ciudadanos a que manifiesten libremente sus creencias. Como tienen tantas creencias, todas competirán entre sí, todos defenderán que las suyas se impongan, y unas contrarrestarán a las otras, y todas tendrán seguidores y ninguna de las que represente un peligro para nosotros tendrá los seguidores suficientes como para que pueda acabar con nuestro poder. Así, con la esperanza de conseguir imponer sus ideas, todos seguirán luchando por ellas, todos se creerán libres y que viven en democracia. 

  -Pero de toda competencia siempre surge alguien que se impone, alguien que puede reunir a los suficientes seguidores como para representar un peligro para nosotros. ¿Qué propone usted que hagamos si se llega a esa situación? -Preguntó el Señor Negro. 

 -Premiar a los que destaquen más, halagarles, darles privilegios, estimular sus egos y su vanidad. Y si diera algún caso en el que esto no funcionara, siempre podemos seguir recurriendo a sus métodos, Señor Negro, es decir, al desprestigio, a la marginación, o a las leyes y a los tribunales. -Respondió el Señor Gris. 

  El Señor Negro asintió en señal de acuerdo, tras lo cual, el Señor Marrón tomó la palabra y dijo: 

  -Estoy de acuerdo con usted Señor Gris, pero quedan dos peligros que todavía tenemos que resolver: El primero es que con tanta libertad y tanta variedad de creencias, corremos un serio riesgo de que todo evolucione hacia unos conflictos caóticos entre los dominados, los cuales nos resulte imposible controlar, y ya sabe usted que aunque el caos puede favorecer algunos negocios, a la larga es malo para todos. El segundo son las rivalidades entre nosotros. Esas rivalidades hacen que a veces no estemos unidos y eso posibilita que los dominados se escapen a nuestro control o tomen conciencia de que son dominados y quieran liberarse. 

  -Todo tiene sus riesgos, y es imposible acabar con todos ellos. Para el caso del caos siempre podremos recurrir a nuestro ejército de políticos, de medios de comunicación, de moralistas, de expertos en todas las ramas del conocimientos, y en casos extremos siempre podremos recurrir a algún dictador. Mientras tengamos dinero para sobornar a nuestro ejército de ayudantes no corremos peligro. En cuanto a la rivalidad entre nosotros, hemos de tener en cuenta que somos poderosos gracias a nuestra ambición y a nuestra inteligencia, seamos inteligentes y en en los casos de rivalidad, usemos la inteligencia, es decir, sepamos ceder todos antes nuestros rivales, sepamos aparcar nuestras rivalidades y mirar por el bien común de todos nosotros. -Así concluyó sus argumentos el Señor Gris, y los aplausos unánimes cerraron el acuerdo entre los poderosos. 

   Tal vez esta asamblea nunca tuvo lugar, tal nunca hayan existido los Señores Gris, Negro o Marrón, pero viendo como funciona la sociedad, bien pudiera ser que sí que hubiera tenido lugar esta asamblea u otra parecida, o tal vez se haya tratado de acuerdos parciales que los poderosos han ido adoptando a lo largo de los años. 

   Son muchos los aspectos que requieren nuestra reflexión, entre ellos esta el poco tiempo que duró la asamblea y las pocas palabras que se pronunciaron, y todo esto contrasta con las largas discusiones, con la enorme variedad de argumentos y réplicas, y con la enorme variedad de creencias y opiniones que existen entre los dominados. ¿Tendrá algo que ver todo esto con el hecho de que unos son los poderosos y otros seamos los dominados?

NOTA.- Ver la entrada titulada LAS ARAÑAS Y SUS PRESAS

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