martes, 20 de agosto de 2019
CONFLICTO POR EL BOSQUE DE LA SABIDURÍA
La ciudad de la Costa y la ciudad del Valle, se disputaban la propiedad del Bosque de la Sabiduría, y ambas pretendían talar los árboles para vender su madera, para crear nuevas tierras de cultivo y prado para el ganado, para construir edificios...
Un sabio que habitaba en el bosque fue a ver al alcalde de la ciudad de la Costa para convencerle de que renunciara al Bosque de la Sabiduría, y el alcalde, reunido con todos los concejales, le dijo:
-Nuestros sacerdotes, nuestros expertos en leyes, nuestros historiadores, nuestros humanistas, nuestros moralistas, nuestros filósofos, nuestros artistas y poetas, y sobre todo, el Pueblo Costero soberano, nos dicen que el Bosque es nuestro, que sólo nosotros tenemos todos los derechos, y además, lo necesitamos, pues de él depende nuestro futuro como ciudad, de él depende el futuro de nuestros hijos y nietos. ¿Tú que nos ofreces?
-Yo, señor alcalde, no puede ofrecerles nada de lo que ustedes quieren, yo sólo tengo el canto sabio de los pájaros, la compañía de los otros animales, la sombra y el abrigo de los árboles, y eso ya lo tienen ustedes sin tener que disputárselo a la ciudad del Valle.
-Respondió el sabio.
-Eso no nos vale, ahora déjanos viejo loco, que tenemos muchos asuntos que resolver. -Dijo el teniente de alcalde.
El sabio, obedeció en silencio y se fue a visitar al alcalde la ciudad del Valle con las mismas intenciones, y cuando éste le escuchó, en compañía de todos los concejales, le dijo:
-Nuestros sacerdotes, nuestros expertos en leyes, nuestros historiadores, nuestros humanistas, nuestros moralistas, nuestros filósofos, nuestros artistas y poetas, sobre todo, el Pueblo Vallesano soberano nos dicen que el Bosque es nuestro, qué sólo nosotros tenemos todos los derechos, que además, lo necesitamos, que de él depende nuestro futuro como ciudad, de él depende el futuro de nuestros hijos y nietos. ¿Tú qué nos ofreces?
-Yo, señor alcalde, no puede ofrecerles nada de lo que ustedes quieren, yo sólo tengo el canto sabio de los pájaros, la compañía de los otros animales, la sombre y el abrigo de los árboles, y eso ya lo tienen ustedes sin tener que disputárselo a la ciudad de la Costa.
-Respondió el sabio.
-Eso no nos vale, y ahora déjanos viejo loco, que tenemos muchos asuntos que resolver. -Dijo el teniente de alcalde.
El sabio abandonó la ciudad del Valle y se dirigió al Bosque de la Sabiduría y desde allí partió hacia las montañas, siendo acompañado por los pájaros y los demás animales. Poco tiempo después, una noche, el sabio percibió el resplandor del fuego en el Bosque de la Sabiduría, y pensó:
"-Seguro que cada ciudad culpa a la otra del incendio y cada una declarará una guerra de agravios y de derechos sagrados contra la otra. Los historiadores contarán al menos dos historias diferentes, y como otras historias, éstas también quedarán olvidadas en las bibliotecas, y nadie aprenderá nada, menos mal que los árboles vuelven a crecer y los pájaros nunca dejan de cantar su canto sabio."
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