Nacemos como flores, llenos de potenciales. Vivimos cultivando frutos y compartiéndolos.
Morimos como la hojas en el otoño y en el invierno.
Son un misterio las causas de nuestro nacimiento, pero sabemos que tras nacer, recibimos, percibimos, comprendemos, elaboramos, emitimos, damos.
Tenemos mil razones para seguir viviendo, y la muerte siempre llega, pero lo hace por mil causas y de mil maneras.
Frente a la vida y frente a la muerte surgen las creencias complejas, pero siempre disponemos de intuiciones sencillas y de la luz de la conciencia.
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