Es cierto que la mariposa es bella y que puede volar. Pero sería un egaño, una ilusión, decir o creer que teniendo su belleza y unas alas, nos liberaríamos de nuestro dolor y conseguiríamos ser libres y vivir satisfechos.
Aunque los farsantes, los mentirosos y los vendedores de esperanzas, no nos ofrecen ser mariposas pues eso no nos resultaría creíble, si que nos ofrecen los medios para liberarnos de nuestro dolor, para ser libres y para vivir satisfechos.
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La clave para entender por qué nos engañan, por qué nos engañamos a nosotros mismos, por qué engañamos a los demás, así como la clave para entender por qué surgen las diversas ilusiones y nos dejamos llevar por ellas reside en:
La fuente tendencia que tiene el Ser Humano a preferir lo falso sobre lo verdadero, si lo falso le produce placeres, satisfacciones, si le resulta bello, y si le produce sensaciones de seguridad, y si lo verdadero le resulta doloroso, feo, o es para él fuente de inseguridades.
Sobre ésta base, los mentirosos, los farsantes, y todos los vendedores de esperanzas, sólo tienen que desarrollar la habilidad de decir cosas que a los ojos de aquellos a quienes quieren seducir, tengan una posibilidad de ser placenteras y ciertas a la vez.
Sobre ésta base, quien se engaña a sí mismo, quien se deja llevar por ilusiones, tiene suficiente con que ante sus ojos lo falso aparezca vestido de esperanza.
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