Las cosas y los seres vivos emergen del Gran Océano Misterioso al que los taoístas llaman Tao o Gran Madre, y éste emerge de la Nada.
Tras realizar su ciclo natural, tras vivir, todo regresa al Gran Océano Misterioso y se funde con Él.
Mientras viven, los seres vivos pueden optar por usar la fuerza, por dominar, o bien por la flexibilidad y por la armonía. Cada opción tiene sus correspondientes consecuencias, y conocerlas es cosa de la compresión, de la intuición y de la conciencia.
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