En la dinámica de las relaciones de poder surgen cuatro grandes tipos de personas que, de maneras complejas se relacionan entre ellas, y unas veces rivalizan y otras veces se alían: Los poderosos, sus ayudantes, los rebeldes, los sometidos.
Cada una de éstas personas tiene sus propios objetivos, y obtiene el triunfo y el éxito, aquel que tiene más inteligencia y más energías, y a veces, junto con a lo anterior, quien siente menos amor, menos compasión o tiene menos moralidad. Los demás son derrotados, fracasan y se sienten frustrados.
Con la inteligencia se nace, pero hay que cultivarla. Las energías se consiguen mediante las motivaciones, y también restándoselas a otros aspectos de la vida. De ésta manera, las relaciones de poder con sus luchas y sus estrategias, no dejan que las personas puedan vivir conforme a su propia naturaleza, y todo ello debido a la creencia de que aumentando su poder conseguirán todo aquello con lo que sueñan.
NOTA.- Espejismo viene de espejo.
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