Nuestra sociedad es muy artificial y muy compleja, en cualquier lugar conviven muchas creencias, intereses opuestos, y muchas fracciones sociales. Estamos inundados y saturados de informaciones muy diversas y con frecuencia de tendencias opuestas. Todo ésto genera muchas controversias, rivalidades, conflictos, todo lo cual produce mucho ruido, muchas agitaciones, muchas perturbaciones, con lo cual nuestros pensamientos y sentimientos son poco fiables a la hora de reflejar los aspectos ciertos de la realidad.
Por otra parte, a quien alcanza cierto grado de acercamiento a la realidad del flujo natural, los demás casi nunca le comprenden o no les importa su parecer, pues cotidianamente se imponen los intereses y las creencias de quienes tienen más poder para dominar y para convencer a más personas, y tanto da si quienes se imponen o quienes son sometidos y convencidos, recurren a más a los pensamientos o a los sentimientos. Por todo ésto, las certezas sólo se hallan en el silencio sereno de la soledad.
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