El amor que damos a cambio de todo lo necesario y lo deseado que nos dan, y siempre lo damos procurando ganar en el cambio. Y así, cuando creemos que perdemos, odiamos, de tal manera que éste amor y el odio que genera se alimentan el uno al otro.
Por otra parte, cuando amamos a unas personas o a otros seres vivos, también odiamos a quienes les hacen o les pueden hacer daño, e incluso a quienes obstaculizan el que consigan sus deseos, y este amor y este odio, a veces traen conflictos.
Y como los conflictos producen sufrimientos y daños, las sociedades, dominadas por la creencia de que lo más importante es conseguir lo deseado, sólo han sabido recurrir a la fuerza, o a las leyes y a la moralidad, para regular las relaciones sociales.
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