Somos libres cuando no estamos sometidos al poder de nadie. Cuando no dependemos de nadie. Cuando no nos creamos dependencias. Cuando podemos cubrir por nosotros mismos nuestras necesidades. Cuando no usamos nuestra libertad como un medio para conseguir nuestros deseos.
Como no hemos alcanzado todas esas libertades, empezamos a ser libres cuando somos conscientes de qué es lo que todavía nos ata.
Tras el paso anterior, somos sencillamente libres y sabios, cuando usamos nuestra libertad para vivir de acuerdo con nuestra naturaleza, con nuestro nivel de conciencia. Lo demás son creencias que nos confunden debido a que consideramos a la sencillez como inferior a los artificios y a las complejidades de nuestros pensamientos y de nuestras emociones.
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