Estamos viviendo una etapa en la que los egos y el individualismo son más fuertes que nunca, donde existe un fuerte pragmatismo, un fuerte relativismo, y una superficialidad más fuerte aún, y donde la espiritualidad tiene poca fuerza en la gran mayoría de las personas. El resultado de la combinación de éstos factores es una fuerte insatisfacción que además está fuerte dominada por la confusión.
Las causas son difíciles de saber, y más difícil aún es saber cuales pueden ser las consecuencias, y nadie tiene la solución para cambiar ésta situación. Ésto crea una fuerte incertidumbre, y ésto requiere de la profundidad de nuestro mundo interior y de las alas de nuestra conciencia.
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