Donde llega por sí solo, el que por sí solo comprende.
Ejemplo de vello envoltorio con el que el vendedor presenta siempre su producto.
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En mayor o menor medida, todos estamos doloridos e insatisfechos. Ante ésta situación se nos presentan dos opciones:
*Una minoría opta por aumentar su comprensión y por intentar vivir de acuerdo con lo comprendido. Ésta es una opción individual, y quienes optan por ella no compran ni venden nada, se limitan a desarrollar su propia comprensión por sí mismos, y frecuentemente comparten comprensiones con las personas que también han alcanzado las suyas.
*La mayoría opta por las esperanzas, ya sean las que el propio individuo se crea, ya sean las que otros han ideado, o ya sean las que el individuo pone en otras personas. Sea como sea, allí donde aparece una esperanza, también aparecen muy pronto todo tipo de vendedores de esperanzas. Y a veces nosotros mismos somos uno de esos vendedores.
Para poder vende su esperanza, el vendedor no esxplicará como es la realidad desnuda, tampoco llamará a comprenderla y a guiarse por ella, sino que presentará una versión distorsionada y adornada de la realidad, y siempre argumentará que comprando su producto el comprador conseguirá siempre mejores cosas que las que ya tiene, cosas que acabarán con su dolor y con su insatisfacción. Cuando el insatisfecho y el dolorido no consiguen por sí mismos sus propias esperanzas, fácilemente recurren a los vendedores, y fácilmente pagarán el precio que les pidan.
Que cada cual mire a su alredor. Si ve a todos los vendedores tiene una posibilidad de que no le vendan nada. Si no los ve a todos, es que ya hay al menos uno que le está vendiendo algo y al que él se lo está comprando. El que vende cobra, el que compra paga.
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