Cuando la realidad nos resulta dura, las ilusiones nos resultan suaves y blandas.
Cuando la realidad nos resulta fea, las ilusiones se visten con belleza y elegancia.
Cuando la realidad nos resulta dolorosa, las ilusiones nos resultan placenteras y satisfactorias.
Cuando en la realidad vemos limitaciones, las ilusiones nos ofrecen estrategias y metas altas.
Cuando las ilusiones triunfan, se convierten en tiranas.
Cuando las ilusiones fracasan, sólo la realidad es libre y sabia.
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