Sencillo y sereno bajo el azul del cielo,
el gorrión nos da un ejemplo
de lo claro y de lo satisfecho.
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La satisfacción y la claridad no las podemos esperar de los demás. Por un lado, porque los demás hacen su propia vida y por lo tanto no siempre hacen lo que nos satisface, o incluso a veces nos agitan y se producen conflictos con ellos.
Por otro lado, porque los demás tienen multitud de creencias diferentes, muchas de las cuales no comprendemos. O porque muchas veces pretenden imponernos sus creencias. Y porque con mucha frecuencia no están en sintonía con nuestro nivel de conciencia.
Por lo tanto, la satisfacción y la claridad es una cuestión interna de nosotros mismos. A mi modo de ver, lo que nos produce satisfacción y a la vez claridad, es aquello que nos hace sentirnos plenos y libre sin agitarnos, sino crearnos contradicciones, sin que forcemos el natural de las cosas.
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