Lo que la sociedad valora más es aquello que cree que le resultará beneficioso. Cuando la sociedad hace algo, lo hace pensando solamente en su propio beneficio. Ésto mismo puede decir de los grupos sociales, de las organizaciones de todo tipo, y del individuo.
Todo aquello que hacen la sociedad, el grupo social, la organización, el individuo, produce unos beneficios y un perjuicios para todos, los cuales son vistos en función de los deseos y de las creencias de cada cual.
Cuando la sociedad, o el grupo social, o la organización, o el individuo cambian sus deseos o sus creencias, cambian todas las relaciones humanas, y también cambian los conceptos sobre lo beneficioso y sobre lo perjudicial.
Centrado en conseguir su propio beneficio y en evitar su perjuicio, el Ser Humano no acepta la relatividad de todo ésto, sino que se aferra a sus propios conceptos sobre lo beneficioso y sobre lo perjudicial, y de ésta manera entre en diferentes dinámicas de acusaciones y de justificaciones, y así, el Ser Humano no percibe su propia realidad, aunque los conflictos y las tensiones que sufre contienen una energía que, poco a poco, van elevando los niveles de conciencia.
En muchos casos, ésos niveles de conciencia hacen que el Hombre tenga en cuenta lo que ocurre fuera del ámbito de las relaciones humanas, y tenga en cuenta la importancia de cambiar sus relaciones con aquello que se encuentra en ese ámbito, un ámbito del que forma parte, pues el Hombre es Universo.
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