La flor y la mariposa, saben lo que necesitan, y callan y se entienden, y se complementan la una a la otra.
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"Los que saben no hablan.
Los que hablan no saben."
(Tao Te King. Cap. 56)
"Las palabras verdaderas no son elocuentes;
la palabras elocuentes no son verdaderas.
Los sabios no precisan probar su opinión;
quienes precisan probar su opinión no son sabios."
(Tao Te King. Cap. 81)
Los que realmente saben no necesitan palabras elocuentes, y la mayoría de las veces no necesitan palabras, pues no necesitan demostrar nada, no necesitan convencer a nadie, y además saben que las palabras no reflejan bien la sabiduría, con lo cual, a la hora de enseñar, prefieren los silencios, pues confían más en las energías que desprenden.
Los que hablan, casi siempre lo hacen con la intención de conseguir algo de los demás.
Por otra parte, la identidad primordial no se muestra en las palabras, y quien no vea la suya ni la ajena en los silencios y en las energías que desprende, tampoco la verá en las palabras.
"Cierra tu boca,
desembota tus sentidos,
desafila tu astucia,
desata tus nudos,
suaviza tu mirada,
decanta tu polvo.
Ésta es la identidad primordial"
(Tao Te King. Cap. 56)
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