El pensamiento de Lao Tse es plenamente ecologista, y aunque en su época no existían problemas medioambientales comparables a los nuestros, ya en esa época las actividades humanas tenían un fuerte impacto sobre los animales y sobre las plantas, y así, Lao Tse ya percibió como las actividades humanas desarmónicas con el Tao eran un peligro, tanto para el propio Hombre, como para todos los seres vivos:
"En armonía con el Tao
el cielo es claro y espléndido,
la tierra es sólida y plena,
las criaturas florecen juntas
satisfechas con lo que son,
en interminable multiplcación,
en interminable renovación.
Cuando el hombre interfiere con el Tao
el cielo se vuelve inmundo,
la tierra se esquilma,
las criaturas se extinguen,
el equilibrio se desmorona."
(Tao Te King. Cap. 39)
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