Buscar la libertad en la fuerza,
y la sabiduría en la inteligencia.
Con una mezcla de fuerza y de inteligencia,
los aviones vuelan,
pero así no le crecen las alas a la conciencia.
Cuando no se acepta el flujo natural del Universo, inevitablemente se entra en una dinámica contradictoria basada en una mezcla compleja de:
*Deseos de conseguir lo que se considera necesario y placentero.
*Deseos de ser amados y de amar a aquellos y a aquello que nos despierta amor.
*Eficacia para conseguir lo anterior.
*Moralidad, para reducir los daños causados por todo lo anterior, y para la convivencia.
Los deseos de bienes materiales, de placeres sensuales, de éxitos y de poder.- Aunque con mucha frecuencia generan placeres y satisfacciones, también generan conflictos, y con los conflictos vienen las opresiones, las sumisiones, las injusticias, las desigualdades, la pobreza, y con ellas vienen los daños y los sufrimientos.
Los deseos amorosos.- Aunque con mucha frecuencia generan satisfacciones y seguridades, también generan conflictos, miedos, sometimientos o dependencias, frustraciones, decepciones, y a veces desequilibrios y perturbaciones.
La eficacia.- Fuerza a casi todas las personas a hacer cosas que, unas veces no quieren y otras veces no pueden, y casi siempre son artificios que alejan a la gente de su verdadera naturaleza. Todo ésto produce diversas perturbaciones, desequilibrios y sufrimientos. La eficacia también está produciendo destrucciones y desequilibrios medioambientales.
La moralidad.- Se ve muchas veces vencida por la fuerza del ego y de sus diferentes deseos. Por otra parte, las personas moralistas pretenden que todo el mundo haga lo moralmente correcto, pero sin cuestionar la creencia de que lo más importante es conseguir lo deseado, con lo cual dejan intactas las causas que dan lugar a los comportamientos inmorales y destructivos.
Además, el Universo es natural y no moral, por lo tanto intentar explicar las cosas sobre la base de los principios morales, no explica la realidad de las cosas, y por lo tanto surgen muchas confusiones y pocas claridades, muchos problemas y pocas soluciones.
Frente a éstas contradicciones está la opción de reducir los deseos, la cual sólo funciona si es general o libremente aceptada. Y está la dificultad de aceptar el flujo natural, la cual requiere tiempo y sabiduría.
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