El Tao. El Todo. El Absoluto. La nada. El infinito. El Universo. La Naturaleza y el Hombre en ella. El tiempo. El origen. El final. La vida. La muerte. Las fuerzas y los seres sobrenaturales. El espíritu. La conciencia. El ego. La mente. El corazón. Y las relaciones entre todos ellos.
Y está el misterio de que con mucha frecuencia, las creencias tienen más fuerza que las realidades.
Está aquello que el Hombre no puede conocer, y está aquello que, aunque puede conocer, aún no conoce. Pero casi nadie hace ésta distinción, y la mayoría considera un misterio todo aquello que no conoce.
*Hay quienes no intentan conocer lo que el Hombre no puede conocer, y además orientan su vida en torno a las manifestaciones fácilmente perceptibles de los misterios, así como en torno a lo que la conciencia y las intuiciones les muestran.
*Hay quienes creen que hay misterios que pueden conocerse, y que en ellos se oculta todo lo trascendente, todo aquello que puede darles las respuestas y las claves que tanto anhelan, y creen que basta con desvelarlos para que ejerzan sobre ellos los efectos con los que tanto sueñan.
*Hay quienes elaboran creencias en torno a ellos, ya sea afirmando o negando su existencia, y siguiéndolos están todos aquellos que las dan buenas. Tanto entre los creadores como entre los seguidores, hay quienes consideran que esas creencias son la realidad y las adoptan como el sostén y el horizonte principal de sus vidas, y si la intensidad de sus creencias es alta, pueden llegar a basar todos los aspectos de su vida en ellas, a luchar, a hacer grandes sacrificios, a soportar grandes renuncias y sufrimientos, e incluso a morir y a matar por ellas.
*Hay quienes tienen una ligera idea sobre los misterios. Hay quienes creen superficialmente en alguna de las creencias en torno a ellos. Y están los que elaboran sus propias creencias al margen de cualquier misterio. Todos ellos tienen en común que centran su vida en torno al bienestar, a los placeres, a las satisfacciones, al poder, a la riqueza, a los éxitos, a ser admirados, premiados y amados, a hallar la felicidad en éstos aspectos, y se guían sobre todo por sus capacidades, por su inteligencia y por sus emociones, y con frecuencia se dejan llevar por una gran variedad de ilusiones, ya sean de cosecha propia, o creadas por todo tipo de héroes salvadores, de pastores, de vendedores.
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