Quien se libera,
primero hace lo que se precisa hacer,
después suelta lo conseguido,
y sigue caminando por su propia senda.
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En todas las tradiciones espirituales, al apego se le opone el desapego. Lao Tse también comparte esa visión, y empieza mostrándonos las insuficiencias que presenta el hacer para conseguir lo deseado y apegarse a lo conseguido:
"Quien se alza de puntillas
no se yergue firmemente.
Quien se apresura
no llega lejos.
Quien intenta brillar
vela su propia luz.
Quien se define a sí mismo
no puede saber quien es realmente.
Quien ejerce poder sobre otros
no tiene poder sobre sí.
Quien se aferra a su trabajo
no creará nada duradero."
(Tao Te King. Cap. 24)
Así, ante todas las insuficiencias que presenta el hacer y el aferrarse, Lao Tse culmina éste capítulo diciendo:
"Si quieres armonizar con el Tao,
haz tu tarea y suéltala luego."
Pero la gran mayoría de la gente no quiere armonizar con el Tao, quiere conseguir lo necesario, lo deseado, lo suficiente, la salvación, la felicidad, y quiere todo ésto gratis o pagando el menor precio posible. Y por lo tanto aparecen las ilusiones de cada uno, y las que venden todo tipo de vendedores.
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