Cuando sólo buscamos conseguir lo deseado, sólo unas pocas veces no necesitamos a los demás. Cuando les necesitamos o cuando intervienen, nuestras actitudes y comportamientos quedan fuertemente determinados por las diferentes características de los demás, y recurrimos a las estrategias siguientes:
*Cuando creemos que podemos dominarlos o manipularlos, lo hacemos.
*Cuando creemos que se resistirán o que pueden ser peligrosos, entonces recurrimos al poder, o a buscar ayuda, o al halago, o al soborno, o al chantaje.
Cuando sólo buscamos afectos, o compartir, o ser libres y sabios, y encontramos a quienes buscan lo mismo, entonces las relaciones cambian:
*Amamos a quienes nos aman, y nos aman aquellos a los que amamos.
*Compartimos con quienes comparten, y comparten aquellos con los que compartimos.
*Respetamos la libertad y las visiones de los demás, y ellos respetan las nuestras.
Así, tenemos dos opciones amorosas y libres:
*Buscar compañías afines.
*Optar por la soledad.
Buscar otras opciones nunca nos dará el resultado esperado, y nos causará problemas, agitaciones, frustraciones, decepciones.
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