En la flor y en la mariposa, el amor y la sabiduría se complementan y se equilibran. En el amor y en la sabiduría, el Hombre cojea, pues en su interior están en pugna los niveles de conciencia y las creencias.
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Ante el amor, las primeras cuestiones que se nos presentan son: Por un lado la manera de aumentarlo. Por otro lado, los obstáculos que se nos presentan a las hora de sentirlo y de darlo.
Y se nos presenta la cuestión de cuales son los efectos que produce el amor que sentimos, el que recibimos y el que damos, tanto en nosotros mismos como en lo que nos rodea.
Ante la sabiduría, las primeras cuestiones que se nos presentan son: Por un lado, los obstáculos a la hora de adquirirla y de aumentarla. Y por otro lado los obstáculos que se nos presentan a la hora de vivir conforme a nuestra propia sabiduría y conforme a la sabiduría de los demás.
Y se nos presenta la cuestión de cuales son los efectos que producen en nosotros mismos y en lo que nos rodea, la sabiduría que tenemos, y nuestros pensamientos y comportamientos sabios.
El amor es energía, y por ello se complementa con la dirección de la sabiduría.
La sabiduría es conciencia, y por ello se complementa con la energía del amor.
Y aunque todos sentimos más o menos amor, y tenemos más o menos sabiduría, a veces optamos por el amor y a veces por la sabiduría, y hay unos que prefieren optar por el amor, y otros que prefieren optar por la sabiduría.
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