Lo que tenemos nos permite cubrir nuestras necesidades, conseguir placeres y satisfacciones, sentirnos seguros y con éxito, una base para cultivar nuestros potenciales naturales y nuestra espiritualidad.
Pero lo que tenemos podemos perderlo en cualquier momento, lo cual nos produce miedo, y además, en mayor o menor medida, nos resta libertad.
El desapego produce bases más libres para cultivar nuestros potenciales naturales y nuestra espiritualidad.
Pero,
aunque el desapego no exige esfuerzo,
requiere flexibilidad,
y además,
el apego, ¡Es tan placentero!
Tensiones, y lo que aún nos queda por aceptar.
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